La ambigua personalidad del fotógrafo favorito de Hitler, una epopeya romántica en Asia del siglo pasado, una comedia social sobre dos hermanos enfrentados, una película de género femenina donde los toros hacen de hombres lobo… Las películas que se proyectan esta semana de este año se presentan en una amplia variedad de estilos.
No te lo puedes perder
“Leni Riefenstahl, luces y sombras”: una feminista hitleriana
Durante su vida, Leni Riefenstahl (1902-2003), directora de Triunfo de la verdad (1935) y Dioses del estadio (1936), se negó a que Hollywood hiciera una película biográfica sobre ella. Varios lo intentaron antes de darse por vencidos: Jodie Foster, Steven Soderbergh, Paul Verhoeven. Muchos guionistas se habrán roto los dientes allí. La empatía sería complicada; juicio, poco interesante. ¿Y qué mostrar? ¿La mujer libre, directora pionera, que se estableció en un mundo de hombres? El cineasta favorecido por Hitler, ayudó a dar forma al superhombre y armó estéticamente al IIImi ¿Reich? ¿O la mujer arrepentida que pasó el período de posguerra reescribiendo su historia y mintiendo, alegando ignorancia de lo que estaba haciendo el régimen de Hitler? Para responder a estas preguntas habrá que tener ahora en cuenta el documental de Andrés Veiel, quien para ello consultó unas 700 cajas de archivo conservadas por la compañera del cineasta. Un colosal trabajo de archivo y edición, el documental de Andrés Veiel es parsimonioso en la voz en off y nunca nos dice qué pensar. Dar un veredicto no es su principal preocupación, y ese es su precio. Es agradable para el espectador ese sentimiento que no elige entre lo horrible y lo fascinante, lo monstruoso y lo feminista. A partir de entonces, se nos da el espacio para reflexionar: sobre la belleza que puede cegar y servir de pretexto a la inmoralidad, así como sobre esta mirada de mujer que coloniza todo lo que mira. Señor sí.
Documental alemán de Andrés Veiel (1h55).
« Grand Tour”: doble relato de viaje conceptual en Asia
1918. Edward Abbott, un joven funcionario británico destinado en Rangún, se entera de que Molly, con quien está comprometido desde hace ocho años, planea unirse a él. Decide partir, iniciando un viaje que lo llevará desde Birmania a China, pasando por Filipinas, Japón y Vietnam. La joven, negándose a creer que se haya escapado para escapar del matrimonio, sale a buscarlo, siguiendo minuciosamente sus huellas en los lugares por donde ha pasado. Cada viaje está marcado, para los dos occidentales, por encuentros imprevistos. Sin poder recorrer una experiencia formal y sensible que no tiene equivalente real en el cine actual, puntualicemos que, en el origen de la película, hay imágenes documentales tomadas por el director Miguel Gomes y su equipo durante un viaje al Sudeste Asiático. , planes sin escenario preconcebido y rodajes interrumpidos por la pandemia de Covid-19. A su llegada, la redistribución discursiva del material se pone al servicio de una narración original. A menos que sea lo contrario, es decir la recomposición de una trama romántica adaptándose a imágenes preexistentes. Se trata en cualquier caso de una historia tragicómica, picaresca y épica, tanto como de una mezcla de sensaciones, de un viaje geográfico y mental, de un rompecabezas conceptual. JF. r.
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