“The Ghosts of the Hotel Jerome” (El último telesilla), de John Irving, traducido del inglés (Estados Unidos) por Elisabeth Peellaert, Seuil, 992 p., 29 €, digital 21 €.
Los lectores de John Irving se adentran en una nueva novela del escritor estadounidense-canadiense como entrarían en una pensión donde tienen sus costumbres. Con la seguridad de encontrar elementos decorativos intangibles (el estado de New Hampshire, un internado para niños, etc.), invitados perpetuos (madres de carácter fuerte, celosas de sus secretos, padrastros admirables, entrenadores de lucha grecorromana, hombres pequeños, mujeres gigantes, personajes queer, numerosos papeles secundarios bastante excéntricos…), especialidades de la casa (abundantes escenas de sexo adornadas con muertes burlescas, espectaculares y trágicas), sin olvidar una extensa biblioteca en la que apoyarse (Dickens, Melville, Shakespeare a la cabeza).
Algunos se quedan en el casa Irving es más olvidable que los demás. Pero el recuerdo de los mejores momentos que nos ofreció el jefe -de El mundo según Garp tiene te encontraré pasando por La obra de Dios, la parte del diablo (Seuil, 1980, 2006 y 1986) – te empuja a volver allí en cada oportunidad.
Sobre todo porque no son tan numerosos: con Los fantasmas del hotel Jerome, El escritor, nacido en 1942, firma su decimoquinta novela, casi sesenta años después de su entrada en la literatura con Libertad para los osos (1968; Seuil, 1991); Han pasado ocho desde el anterior, Avenida de los Misterios (Umbral, 2016). Hay que decir que otra de sus características inmutables es su profundidad, teniendo el autor un gusto por las intrigas que se extienden a lo largo de varias décadas y una inclinación de narrador alimentada por las grandes novelas del siglo XIX.mi siglo de giros, vueltas y digresiones. ¿A riesgo, a veces, de charlar? Es cierto. Pero nadie puede acusar a John Irving de tacañería narrativa.
El destino de Adán
Con Los fantasmas del hotel Jerome menos que nunca. Con 1.000 páginas, es el más largo de su bibliografía. Todos los tropos enunciados anteriormente los encontramos en esta historia que acompaña a Adam Brewster desde su nacimiento, en 1941, de padre desconocido y madre joven esquiadora, hasta la primera elección de Donald Trump, en 2016. Mientras tanto, el destino de Adam cambiará. han sido una oportunidad para evocar tramos enteros de la historia americana: la guerra de Vietnam, la lucha por los derechos de las mujeres y de las minorías de género, la era Reagan, los estragos del sida…
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