Para conmemorar los 10 años del ataque a charlie hebdoel 7 de enero de 2015, el diario satírico publicó un libro que rindía homenaje a los ocho miembros del equipo asesinados ese día. Libertad de Charlie. Un diario de su vida. (Les Echappés, 224 páginas, 29,90 euros, en librerías el 5 de diciembre) es un libro que sorprende por su fragilidad, por su sencillez misma, ya que se contenta esencialmente con mostrar las imágenes de los dibujantes Cabu, Charb, Honoré, Tignous, Wolinski, y leer los textos de la psicoanalista Elsa Cayat, el corrector Mustapha Ourrad y el economista Bernard Marris. Descubrimos, por ejemplo, los dibujos juveniles de Cabu (un anuncio de plumas Météore, caricaturas realizadas a los 15 años, etc.), de Charb (un retrato de familia, un fanzine de secundaria, etc.) o de Honoré (algunas contribuciones a elAlmanaque de Vermot). A los que faltan que Philippe Lançon, en El Lambeau (Gallimard, 2018), llamado “los desposeídos”el libro restablece, directamente en las páginas, una solidaridad que tiene su origen en las alegrías de la infancia. Entrevista con Riss, directora de charlie hebdo.
“Es imposible escribir nada” sobre el ataque a “Charlie Hebdo”, escribiste en tu libro “Un minuto y cuarenta y nueve segundos” (Actes Sud, 2019). ¿Es esta la razón por la cual el álbum tributo ¿“Charlie Liberté” deja tan poco espacio para el texto y favorece los dibujos?
siempre sentimos un poco ilegítimo evocar a los desaparecidos, es muy incómodo, pasan los años, tememos ser olvidados. Sin embargo, merecen algo mejor que ser recordados como víctimas de un atentado: fueron ante todo artistas, y su vida como artistas o intelectuales comenzó temprano, antes de charliee irradió más allá charlie. Quería mostrar su talento, su sensibilidad artística, lo que crearon. Y luego, me gusta darle el material directamente al lector, prefiero que él mismo descubra, que invente su propia historia.
Muchas veces has manifestado tu negativa a ver a “Charlie” convertirse en un museo. Entonces, este libro, si a tus ojos no es un museo, ¿qué es?
Quería que la gente entendiera todo lo que perdimos. Cada uno de ellos era un mundo pequeño, tenía una sensibilidad única, y eso fue lo que fue destruido. Cuanto más pasan los años, más se congela el tiempo, como si se hubiera detenido el 7 de enero de 2015. Esto lo noto cuando me encuentro con estudiantes de secundaria, en ese momento tenían 5 años, para ellos fue un evento que pertenece a la historia. Y eso nos resulta extraño, para nosotros sigue siendo un acontecimiento actual, un acontecimiento vivido.
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