“Mi padre conoció a Pablo Picasso en la playa del Golfe Juan. Se acercó a él con un carboncillo y le pidió que dibujara algo para su pequeño hijo Claude. Supo inmortalizar el momento…” Sophie Mako cuenta las anécdotas a lo largo de la visita. Cada imagen tiene su propia historia, su contexto, la magia del encuentro y el arte del fotógrafo. Ahora radicada en Rauzan, desde hace años desea, junto con sus hermanos y hermanas, rendir homenaje a la obra de Michel Mako, fallecido en 2001. Fue necesario un tiempo de luto, así como un importante trabajo de archivo, para que el proyecto finalmente emerge. Tomó forma con el apoyo de las Grandes Heures de Saint-Émilion.
Con bastidores para cuadros colgados en negro, una obra plural que refleja las elecciones de vida de Michel Mako. Este hijo de una línea de pintores rusos abrazó la fotografía para forjarse un nombre. Radicado en el sur de Francia, se hizo un hueco en la comunidad artística de Vallauris y Saint-Paul-de-Vence. Pablo Picasso, Jean Cocteau, Jacques Prévert, Henri Matisse posan frente a su lente. “Mi serie favorita es la dedicada a Marc Chagall”, sonríe Sophie Mako. Simplemente le dijo: olvídame…” La serie del pintor trabajando es un documento sensible, un testimonio imprescindible del estudio del artista.
Yves y Simone
Este arte de estar presente en la sombra se encuentra en el reportaje dedicado al matrimonio de Yves Montant y Simone Signoret, en diciembre de 1951. Un momento antes, ella estaba arreglando la corbata de su prometido; al momento siguiente, el vuelo de las palomas ante una mesa que reúne a la joven pareja y a los invitados, entre los primeros de la fila, entre ellos sus testigos Jacques Prévert y Paul Roux. Una imagen que sigue siendo popular entre las agencias de prensa.
Tras convertirse en fotógrafo oficial del Alto Comisionado para el África Ecuatorial Francesa en Brazzaville, Michel Mako realizó reportajes en la República del Congo, la República Centroafricana, Chad y Gabón: allí conoció a Albert Schweitzer. Pero la mayor parte de su arte lo practica lo más cerca posible de las poblaciones, a las que fija un presente “que ya no existe”. Como este “Principito” con una identidad perdida en la historia, cuya mirada intensa atraviesa al observador a través de las décadas.
“Fuerza y sugerencia”
Las aproximadamente 70 imágenes presentadas, encuadres originales y copias y reimpresiones de los años 1990, complementadas con 150 tomas digitalizadas proyectadas en una gran pantalla, ponen de relieve las exigencias del fotógrafo, para quien “nada sustituirá la intensidad, la fuerza y la sugerencia”. del blanco y negro, críticas a este color “que hace que las copias sean más bellas que sus sujetos”, desconfían de esta fotografía “instamática” o “electrónica”, que no se dijo aún no digitales. “La huella de un fotógrafo…”
La exposición “Michel Mako: En blanco y negro” se amplía hasta el domingo 1es Diciembre, Salle des Dominicains, rue Guadet en Saint-Émilion. De martes a domingo de 10 a 12 horas y de 14 a 18 horas. Catálogo: 20 euros. En Internet: www.michelmako.com