¿Será la ciudad de Basilea sede de Eurovisión 2025 y, de ser así, en qué condiciones? Los habitantes de la ciudad suiza deberán decidir este domingo mediante referéndum si aceptan que se gasten decenas de millones de euros en la organización del evento.
A meses de la competición, prevista para el próximo mes de mayo, ya está causando mucho ruido. Muchos opositores siguen denunciando el “desperdicio” de dinero público previsto para la ocasión. La Unión Democrática Federal (UDF), un pequeño partido que defiende los “valores cristianos eternos”, ha reunido el número necesario de firmas para lanzar un referéndum contra el crédito de Eurovisión, esgrimiendo argumentos financieros, de seguridad y morales.
“Una forma de misa negra en público”
“El primer argumento es financiero. Consideramos que se trata de un gasto público totalmente desproporcionado, un verdadero despilfarro para el cantón: tres días de espectáculos por casi 35 millones de francos, sabiendo que una gran parte de esta cantidad se gastará en seguridad”, explica Philippe Karoubi, miembro del comité directivo de la UDF en Suiza. “El hecho de que sea el Estado quien lo organice provoca nuestra reacción”, prosigue, afirmando que “aunque existan beneficios financieros en Suiza, serán privados”, en particular para el sector hotelero.
Este partido ultraconservador acusa también al concurso musical de ser un “vector de provocaciones o ideologías claramente contrarias a los valores judeocristianos occidentales y a los de Suiza en particular”. “Ha habido actuaciones que son blasfemas contra el pensamiento cristiano o incluso ocultistas”, señala Karoubi: la actuación de este año de Bambie Thug para Irlanda fue “casi una forma de misa negra en público”.
El argumento final de la UDF: conflictos como la invasión rusa de Ucrania y la guerra en Gaza entran cada vez más en Eurovisión. El partido, que indica en su sitio web que está “incondicionalmente al lado del Estado de Israel”, denuncia el “verdadero acoso” que sufrió el candidato israelí Eden Golan durante Eurovisión 2024 en Malmö (Suecia). Estas “manifestaciones antiisraelíes y antisemitas” son la señal de una “hostilidad totalmente inaceptable e incompatible con el espíritu del concurso “Unidos por la música””, consideró Karoubi.
¿Una competición reducida al mínimo estricto?
Si la población votara en contra de la contribución financiera de 34,96 millones de francos suizos (37,4 millones de euros) votada por las autoridades locales para organizar el concurso, “Eurovisión tendría que redimensionarse significativamente”, comenta el responsable de comunicación de Eurovisión 2025. Edi Estermann, con sólo “un gran programa de televisión el sábado por la noche”.
Por el momento, los organizadores no han mencionado ningún plan B. “Un traslado a otra ciudad a corto plazo sería ciertamente posible desde el punto de vista contractual”, explica Estermann, “pero habría que considerarlo cuidadosamente”. . Pensativo ya que los preparativos ya están muy avanzados en Basilea” mientras la gran final de Eurovisión se celebra el 17 de mayo.
El Festival de Eurovisión, ganado el año pasado por el artista suizo Nemo, se financia con contribuciones de empresas miembros de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que considera que, dados los beneficios económicos, la ciudad debe participar en la financiación, en particular para los costes de seguridad.
La ciudad de Basilea espera obtener beneficios inmediatos de alrededor de 60 millones de francos suizos, basándose en la experiencia de Liverpool (Inglaterra), ciudad anfitriona de 2023, en particular para todo el sector del turismo y del alojamiento. Según la UER, Malmö atrajo este año a un gran número de visitantes “que gastaron generosamente durante su estancia”.