Los días soleados ya están aquí y marcan la inauguración del Festival de Marsella. Danza, espectáculos, conciertos, películas… Se exponen una treintena de propuestas artísticas, entre ellas numerosas creaciones y espectáculos presentados por primera vez en Francia o en Europa.
Descubrir la programación del Festival de Marsella significa embarcarse en un fascinante viaje artístico alrededor del mundo, manteniendo los pies anclados en la ciudad de Marsella. “Arraigado en la ciudad que lo inspira y abierto al mundo que lo rodea” subraya Marie Didier, directora de este prolífico evento que hace de la creación su pilar esencial. Aquí hay 5 cosas que debes saber sobre esta nueva edición.
Un festival de danza, pero no sólo
Si la danza ocupa siempre un lugar central, con la presencia de los grandes coreógrafos como Robyn Orlin, Anne Teresa de Keersmaeker, Emanuel Gat, (LA) HORDE, The Belfast Ensemble…, el público también podrá disfrutar de actuaciones, películas, conciertos, sesiones de DJ e incluso un karakoé gigante. También están previstas dos mesas redondas.
En total, 55 actuaciones y 31 propuestas artísticas, reflejos de un festival híbrido que busca traspasar las fronteras del arte y abrir nuevos horizontes.
El evento muestra también, más que nunca, su dimensión internacional. Talentos reconocidos o emergentes, los artistas proceden de 15 países y 2/3 de los espectáculos proceden del norte de Europa, África, Oriente Medio o India.
Robyn Orlin y Khalil Epi inauguran el 14 de junio
La coreógrafa sudafricana Robyn Orlin regresa a Marsella con un espectáculo titulado ...Cómo en el desierto de sal es posible florecer... (Cómo florecer en un desierto de sal) que cuestiona los mecanismos de la violencia.
Con casi 70 años, este “rebelde fantástico” de impecable sentido del humor muestra un compromiso intacto contra el racismo, las desigualdades y la pobreza. Su nueva creación, una mezcla de ficción y realidad, fue imaginada con dos músicos y los bailarines del Garage Dance Ensemble, con sede en Okiep, un antiguo pueblo minero que concentra en sí mismo la historia de la Sudáfrica colonizada.
Otro espectáculo de apertura: aichoucha del artista tunecino Khalil Epi. Una actuación inmersiva que llevará a los espectadores a un viaje único por su país natal. Fusionando música electro y vídeo (imágenes tomadas en diferentes regiones de Túnez) construye un puente entre pasado y presente, tradición y creación. El título es un dulce homenaje a su abuela Aïcha, que una vez le cantó canciones de cuna sfaxianas…
Y para cerrar la velada inaugural, DJ Benjemy ofrecerá otro viaje musical. Proveniente de la escena underground tunecina, ofrecerá un set en la confluencia de sonidos electrónicos y música étnica…
7 creaciones, 5 estrenos franceses y europeos
Además de la pieza de Robyn Orlin, durante el festival se podrán descubrir varias creaciones. Dos de ellos están directamente inspirados en la ciudad de Marsella. Entonces, Sonata de la libertad de Emanuel Gat es una oda a esta ciudad cosmopolita, mediterránea y soleada. El coreógrafo, que se define como “un niño del Mediterráneo”, eligió vivir y crear en Marsella. Para celebrar sus 30 años de coreografía y exploración musical, presenta once bailarines con música de Beethoven y Kanye West.
Con (f)riou(l), una ópera marítima, es una experiencia rara e inusual que se ofrecerá al público. Fascinado por la belleza y la atmósfera única de las islas de Marsella, el compositor y director Benjamin Dupé imaginó una ópera en plena naturaleza, en la cala de Morgiret, en Frioul. Artistas en las rocas, espectadores en pequeñas embarcaciones, la música abraza la tierra y las olas. Y la naturaleza se convierte en el escenario…
Muestra del atractivo del festival es que por primera vez se presentan aquí varios espectáculos. Primero en Europa por Nafaq 4: Extendiéndose más del colectivo Nafaq y Fasl por Nivine Kallas. Y primero en Francia por El cemento de la armonía y la invención por Anne Teresa de Keersmaeker y Radouan Mriziga; mientras estamos aquí por Lisa Vereertbrugghen; Y piña, mi amor por Bassam Abou Diab.
Un evento comprometido, inclusivo y solidario
Ser accesible al mayor número de personas posible es el deseo del festival que mantiene su precio único en 10€ y ofrece entradas solidarias a 1€ para personas en situación precaria o con discapacidad.
Al mismo tiempo, la inclusión está en el centro de su enfoque: “Todos los cuerpos son visibles en los escenarios del Festival” recuerda el equipo, que desarrolla proyectos inclusivos durante todo el año, en colaboración con numerosas estructuras médico-sociales.
Ofrece talleres de práctica artística mezclando personas con y sin discapacidad y trabaja con jóvenes con formación académica.
Entre los espectáculos programados este verano, 15 son accesibles para personas sordas e hipoacúsicas y 6 para personas con discapacidad visual, gracias a diversos dispositivos (traducción a lengua de signos, chalecos vibratorios, audiodescripción, apuntadores de imágenes, etc.).
Por último, el festival apoya a varias asociaciones humanitarias, como La Cloche, Navire Avenir y SOS Méditerranée.
18 ubicaciones en toda la ciudad
Fiel a su espíritu nómada, el festival se extiende de norte a sur y ocupa nada menos que 18 lugares: del Théâtre La Sucrière a la Cité Radieuse, pasando por Le ZEF, KLAP Maison pour la danse, la Friche la Belle-de-May , Scene44, el estudio La Zouze, el parque Longchamp, el teatro Joliette, el centro de la Vieille Charité, la plaza Mayor, el Alcazar-BMVR, el cine Artplexe Canebière, el Mucem, la plaza Bargemon, el teatro de La Criée, el Ballet Nacional de Marsella o el Archipel du Frioul…
Festival de Marsella
Del 14 de junio al 6 de julio
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