El 1 de noviembre se inauguró en Casablanca la primera Exposición Nacional de Artistas Emergentes de Arte Contemporáneo. 40 nuevos artistas se exhiben en un espacio que está a la altura de la promesa de su trabajo.
Hasta el 30 de noviembre, la Villa des Arts de Casablanca acoge la primera edición del Salón Nacional de Artistas Emergentes de Arte Contemporáneo, organizado por la Asociación Basma, en colaboración con la Fundación Al Mada y con el apoyo del Ministerio de Juventud y Cultura. así como el de la Ciudad de Casablanca. Esta muestra se posiciona como un escaparate único del arte marroquí contemporáneo, reuniendo a algunos de los jóvenes talentos más prometedores del país.
Paralelamente se organizan talleres y clases magistrales, mesas redondas y encuentros con reconocidos expertos. También se les brinda la oportunidad de liderar talleres introductorios abiertos al público en general, con el fin de democratizar el acceso a las artes plásticas y visuales.
Una asociación muy dinámica
Entre los organizadores, cabe destacar la asociación Basma (Beaux-Arts Solidarité Maroc), dirigida por Ilyass Alami-Afilal. Nació durante la crisis de Covid a partir de la iniciativa Beaux-Arts Solidarité 2020. La primera semana del estado de emergencia sanitaria, se lanzó una convocatoria a artistas visuales en Marruecos. Más de 70 artistas reconocidos han ofrecido generosamente más de 170 obras de arte, ofrecidas al público en general durante una venta benéfica en línea lanzada el 8 de mayo de 2020. A partir de junio, se distribuyeron 128 becas de 2.000 DH a estudiantes y galardonados de Bellas Artes marroquíes. Artes así como jóvenes artistas autodidactas o refugiados en el país.
Además, se donaron 47.750 DH a cualquier joven artista emergente procedente de la venta de sus propias obras. Finalmente, 202.900 DH se destinaron a diferentes asociaciones elegidas por los artistas donantes (escuela de niños rurales, Marrakech-Covid19, etc.). Pero este compromiso no quedó ahí, ya que este encuentro con más de 200 jóvenes permitió identificar una serie de necesidades formativas.
Siguieron talleres, residencias y publicaciones, así como una plataforma digital (www.laplateforme55.org), un auténtico catálogo de jóvenes artistas locales. Esta primera exposición nacional para artistas emergentes de arte contemporáneo es la parte más llamativa.
Comisarios a la altura
Dar a la juventud marroquí los medios para soñar, crear y hacer de Marruecos un actor importante en la escena cultural continental es el objetivo de un equipo que integra estos talentos en una red de tutoría, promoción y apoyo profesional. La selección de las obras expuestas estuvo a cargo de un comité independiente compuesto por: Hicham Bouzid, curador, cofundador y director artístico de Think Tanger; Hassan Echaer, artista y docente del Instituto Nacional de Bellas Artes; Ibtissam Ghazoui, gestor cultural del Centro de Arte Americano de Casablanca; Kenza Iraki, responsable de proyectos a cargo de la programación cultural de CasaAnfa; Salma Lahlou, curadora y fundadora de ThinkArt; Fatima-Zahra Lakrissa, curadora e investigadora independiente; y Nouha Ben Yebdri, comisaria, coordinadora cultural e investigadora independiente. No nos queda más que felicitar este trabajo de curaduría.
Un trabajo más que prometedor
Entre las piezas expuestas podemos señalar algunas, de forma muy subjetiva y por tanto injusta. Los trabajos fotográficos de Youness Sefyoui y Mourad Fedouache, así como las durísimas impresiones en blanco y negro de Rime Sabbar, dan ganas de seguir sus objetivos en el futuro. Las naturalezas muertas, literalmente, fotografiadas por Mohamed Ahnach ya dejan una impresión poderosa e inquietante. “Ausencia”, los dos cuadros de gran formato de Amina Azreg tienen algo de saudade portuguesa: una nostalgia, pero de futuro, se podría creer.
La serie “Dar”, carboncillo sobre papel, hace que quieras ver más del trabajo de Aymane Ait Yahya. La pieza “Sin título”, de Mohamed Amine Serhane, demuestra un raro talento para el equilibrio en el uso contemporáneo de la caligrafía. La serie “Symphonie Gnaoua”, de Hamza Bat, muestra un conjunto de influencias bien asimiladas, que ya alimentan un vocabulario personal. Pero a cada visitante le corresponde reconocer aquellos de estos jóvenes talentos que le emocionan. Y para tomar, quizás, cierta ventaja sobre los profesionales en el reconocimiento de la próxima generación.
Murtada Calamy / Inspiraciones ECO