Lucky Luke, que sufre de problemas de espalda, es enviado a un médico en Nueva Múnich. Allí, los inmigrantes alemanes le pidieron que pusiera fin a la huelga que afectaba a la cervecería más grande del país en Milwaukee. Mientras tanto, el jefe de la fábrica, Frederik Pabst, decide sustituir a los trabajadores por presos. Así, el vaquero encontrará en su camino a los Dalton, vigilados por un Rantanplan que confunde todo el álbum con una piscina.
Para su quinto Lucky Luke en el guión, mientras que los anteriores ya eran muy buenos, aquí Jul firma lo mejor. Consigue multiplicar con humor las referencias históricas ligadas a la emigración alemana, mezclándolas con la esencia de lo que hace Luky Luke. Es apasionante, descubrimos nuevos gags con cada lectura (el cartel que busca a un hombre llamado Joe de Colonia, un eslogan de huelga “Los condenados de la cerveza”, De Funès dirigiendo la orquesta tocando El anillo de Wagner…). Y también aprendemos mucho. Como el hecho de que el abuelo de Donald Trump, el primero de la familia en venir a Estados Unidos, empezó a hacer fortuna abriendo burdeles donde el alcohol corría libremente.
“Cuando terminé el guión de este disco no me imaginaba que Trump iba a ser reelegido”, nos admite Jul. Por lo tanto, ahora tiene una resonancia completamente diferente. Fue la América blanca, rural, la que triunfó en las elecciones, la que le debe mucho a la inmigración alemana: recordemos que fueron ellos los que trajeron consigo la hamburguesa, el ketchup, el hot dog, el árbol de Navidad y, por supuesto, la cerveza. , la cerveza en particular”.
Incluso dices en el álbum que el alemán casi se convierte en el idioma oficial del país, ¿es cierto?
Sí, es asombroso. Se trata de una petición que fue rechazada en 1794 por una sola voz, la de un diputado alemán (Estados Unidos todavía no tiene un idioma oficial, nota del editor). ¡Imagínese cómo habrían sido los dos conflictos mundiales con unos Estados Unidos de habla alemana!
“¿Cuál fue el punto de partida de este “Cowboy Under Pressure”?
El choque de culturas es siempre un recurso argumental eficaz. Después de los judíos en “La tierra prometida”, los negros en “Un vaquero en algodón”, me interesaron los alemanes, que realmente se han diluido en la identidad americana, como lo vemos precisamente con estos símbolos que le dieron. Incluso hoy, en lo que se llama el Cinturón Alemán, cerca de los Grandes Lagos, el 70% de la población afirma tener ascendencia alemana.
Y así trajeron cerveza, en el centro de la historia.
Pabst creó la cervecería más grande del mundo en Milwaukee. En el álbum, Lucky Luke se baña en una bañera donde el tercer grifo vierte cerveza. No sucedió, pero el chiste de que el pueblo tenía un tercer grifo de cerveza es real.
¿Pero la fábrica experimentó una huelga?
No particularmente, pero la región ha vivido grandes huelgas, recordemos que el 1 de mayo se conmemora la masacre cometida durante una huelga en Chicago. Y fueron también los alemanes quienes trajeron los sindicatos a Estados Unidos. Entonces me imaginé un país privado de cerveza: ya nada gira, no más duelos, ni cabarets, ni linchamientos ni partidas de póquer. Esto es un desastre, Lucky Luke necesita detenerlo.
Pero no beber cerveza.
No, hace mucho que no fuma, pero tampoco le vamos a quitar el alcohol, ¡es un vaquero! El álbum también juega con las prohibiciones actuales. Por precaución con la ley Évin, que prohíbe la exhibición de alcohol en obras para jóvenes, con el diseñador Achdé preferimos mostrar la cerveza en barriles en lugar de en tazas en la tapa.
Los Dalton vestidos con trajes bávaros son pura alegría. Estos personajes son un tesoro para un guionista, ¿verdad?
Obviamente. Los queríamos así en la portada, me encanta la de “Tortillas for the Daltons” donde están en Mariachis. Y su estupidez lo permite todo. Joe, al enterarse de “Rhinegold”, la ópera de Wagner, quiere robársela. Asimismo, sueña con apoderarse de esta capital que hizo fortuna a Karl Marx. Fue allí donde descubrí que el filósofo alemán era contemporáneo de Lucky Luke y escribió una columna en el “New York Tribune”. Era muy famoso en los Estados Unidos.
Lucky Luke conoce a un conocido en Milwaukee, el águila india de dos cabezas. ¿Pero el lector lo había visto antes?
No. Lucky Luke lo conocía, pero nosotros no. Lo llamé así por el águila alemana, pero principalmente lo hice germanófilo. Se casó con una mujer alemana (¿Quién sería una gran camarera en el Oktoberfest?). Es interesante revertir la relación y mostrar a un indio fanático de Europa.
¿Y el repetido chiste de la luz roja?
Datan de esa época, es una locura. Para ustedes, los suizos, es menos sorprendente, pero nosotros, los franceses, reaccionamos como Lucky Luke, estupefactos al ver a los peatones detenerse sabiamente en cuanto el semáforo se pone en rojo. Es un chiste recurrente en el álbum, hasta las últimas seis casillas.
Por primera vez vemos a Lucky Luke sufriendo dolores de espalda debido al exceso de trabajo, ¿de dónde surgió la idea?
Testimonio personal de un guionista y diseñador que pasa largas horas encorvado sobre su escritorio. Y eso hace que Lucky Luke sea más humano.
¿Qué libertad tiene Achdé?
Puede interpretar los cuadros como desee si la descripción no es demasiado precisa. Admito que ya no recuerdo si la caja donde Lucky Luke dispara más rápido que su sombra, pero desde otro ángulo, es obra suya o no. Pero fue él quien optó por poner en boca de los dos viejos del Show de los Muppets el diálogo de dos personas en un camerino de ópera.
Estás en tu quinto Lucky Luke, ¿definitivamente has dejado tu huella?
Lucky Luke es terciopelo. Ya existe tanta riqueza en este universo, con esta mezcla de realidad histórica y humor y todos estos personajes, me encanta escribir para este héroe. El año que viene abordaré otra leyenda: Scrooge, con Nicolas Keramidas en el dibujo, ¡que ya ha incursionado en él!
Arte ha dedicado un documental en tres partes a Jul y Lucky Luke, que se podrá ver en repetición: “En las botas de Lucky Luke”.