Este domingo 10 de noviembre, Sandrine Bonnaire estuvo como invitada en el programa “ Un domingo en el campo“, presentada por Frédéric López. La actriz de 57 años, que protagoniza la película “Por fin” del director Claude Lelouch, volvió a su elección para hablar públicamente de la violencia doméstica de la que fue víctima.
Una actriz comprometida
Considerada una de las actrices francesas más talentosas y reconocidas de su generación, Sandrine Bonnaire regresa al cine en 2024. De hecho, la actriz protagoniza la película “Por fin” del director Claude Lelouch.
Tras unos modestos inicios en el mundo de la comedia, fue en 1985 cuando dio sus primeros pasos en el cine bajo la dirección de Maurice Pialat en a nuestros amoresuna película que la puso instantáneamente en el centro de atención.
A los 18 años interpretó a Suzanne, una joven rebelde y emotiva, un papel que siempre será recordado. Esta película marcará el comienzo de una larga y exitosa carrera, durante la cual demostrará su capacidad para encarnar personajes profundos y complejos.
Pero más allá de su talento actoral, Sandrine Bonnaire también es una mujer comprometida que a menudo trabaja junto a los más vulnerables. A lo largo de su carrera, no ha dudado en invertir en proyectos que le son cercanos, ya sea apoyando causas sociales o brindando apoyo a directores emergentes. En 2004, hizo un conmovedor documental sobre su hermana autista, Her Name is Sabine, una película que conmovió profundamente a los espectadores al resaltar la dificultad de vivir con una discapacidad invisible.
Un testimonio conmovedor
Este domingo 10 de noviembre de 2024 la actriz apareció en la nueva edición del programa. “Un domingo en el campo”. La oportunidad para ella de confiar en la violencia doméstica que sufrió.
“Esta persona que me atacó era un compañero. Me estrangularon, me desmayé, incluso en un mini coma, y me despertó y mi cara estaba completamente deformada. Tuve una triple fractura de mandíbula, ocho dientes rotos…” ella dijo.
ella explica haber hecho pública su historia para reconstruirse. Porque para mejorar, eso es todo. Y preguntarme por qué entré en esta historia, por qué no vi ciertas cosas“, asegura.
Y para agregar: “Soy extremadamente modesto, soy alguien bastante discreto en la vida y, al mismo tiempo, no tengo miedo de hablar. Sé que las palabras son reconfortantes y que cuando a alguien que conoces le suceden las mismas cosas, en algún lugar, es reconfortante. Nos decimos: ‘Ah, bueno… Ella, en definitiva, es como yo'”.