Valentin Vitti, creador de contenidos y antiguo matón, de 25 años, ha hecho de la lucha contra el acoso escolar su lucha.
“Muy pocos acosadores hablan”. Valentin Vitti sufrió acoso escolar a ambos lados de la valla, en su colegio de la región de París, hace unos quince años. Después de haber acosado a varios compañeros de 6º a 4º grado, fue a su vez acosado en 3º grado. Desde hace varios años, utiliza su reputación como influencer para concienciar a los jóvenes sobre esta lacra. A sus 25 años es el padrino del segundo volumen del manga. Las batallas invisibles, publicado por Editions Dupuis, a finales de octubre.
“Para darme cuenta de que era un acosador ya tenía que existir la palabra”insiste Valentín. “Las palabras acoso, acosador, acosado y víctima de acoso no son palabras que pronunciamos nosotros” en 2011, cuando llegó a la universidad, recuerda el joven. “La palabra ciberacoso se utilizó aún menos”, añade.
Sin embargo, en medio del surgimiento de las redes sociales, fue en Facebook donde actuó principalmente: “Tenía una cuenta bajo un seudónimo. Nunca fui violento verbal o físicamente pero sí me burlé. Y es importante, también, no minimizar la burla”.
En este momento, Valentín comprende que lo que les hace pasar a otros estudiantes es “malo”. Él tiene “consciente de que, a veces, se va demasiado lejos”, dijo. “Pero sólo muy tarde me di cuenta de que había sido un acosador”. Hoy prefiere no mencionar precisamente lo que les hizo a ciertos compañeros pero asegura que se puso en contacto con varios de ellos para disculparse.
El joven desea señalar que la noción de acoso no depende de los sentimientos del verdugo sino de los de la víctima: “Hay gente que puede considerar con razón que después de la segunda broma, se puede considerar acoso. Desde el momento en que la persona ya no quiere que algo continúe, lo consideramos acoso.”
Una definición que parece obvia pero que, según él, algunos todavía tienen dificultades para percibir: “Hay acosadores que son capaces de ver un documental sobre el bullying en el colegio y decirse: ‘Pero qué horror, es realmente horrible lo que les hacen pasar a los niños’, sin darse cuenta de que ‘ellos mismos son acosadores’.
“Hablo para ayudar, para concienciar, para prevenir y para intentar encontrar un poco de redención en lo que pude hacer”.
Valentin Vittien franciainfo
Valentín quiere “Que los acosadores tomen conciencia y se sientan culpables porque son culpables de lo que hicieron pasar a las personas. Hay muchos acosadores que se ignoran a sí mismos. Me parece muy importante dar un paso atrás mientras todavía hay tiempo. Si estás actuando, si Si tienes alguna duda, no hay duda.”
También intenta explicar los mecanismos que empujan a ciertos estudiantes a acosar: “Nadie se despierta una mañana y dice: ‘Oye, hoy voy a ser un acosador’. No es una vocación. Muchos acosadores se muestran un poco reacios, porque están convencidos de que existe un dilema social entre ser el martillo o ser el clavo. Estaba convencido de que así era”.
A este mecanismo se suman también las situaciones personales, intrafamiliares y sociales de determinados niños: “Sería engañoso y complicado dirigirse al acosador como si fuera una víctima porque no es así. No es víctima del acoso al que está siendo sometido, pero puede ser víctima de muchas otras cosas”. Un factor a tener en cuenta a la hora de apoyar a los acosadores: “En lugar de acercarse a un acosador y preguntarle: ‘¿Por qué estás acosando?’ Hay que preguntarle cómo van las cosas en casa, tratar de entender por qué acosa, qué procesos se suceden en su cabeza”.
“Si alguien me hubiera escuchado, si me hubieran preguntado cómo iban las cosas en casa, tal vez habría reaccionado diferente, tal vez no habría actuado”. continúa Valentín. También llama la atención sobre el efecto de grupo: “Hay muy pocos acosadores individuales y solitarios. Además, fue precisamente cuando llegué a 3º de primaria, en una clase donde no conocía a nadie, que me encontré sola y acosada”. Una manera para él de enfatizar que “No es porque seamos, por un tiempo, acosadores que no somos acosados”.
Para identificar situaciones que deberían hacer saltar las alarmas, da consejos a los adultos pertinentes: “DOLo que hay que identificar son las personas aisladas y las que están en demasiados grupos. Normalmente funciona así”.
“Si estás siendo acosado, habla. Si estás siendo acosado, habla. No te lo reprocharemos”.
Valentin Vittien franciainfo
Su mensaje, por supuesto, también se dirige a las víctimas de acoso: “Hablar con un adulto es una cosa, pero hablar con todos los adultos es aún mejor. Es incluso ir más allá de hablar de ello, tal vez incluso gritarlo, si se puede”.
Considera que las soluciones propuestas por los establecimientos educativos no son suficientes: “Actualmente, la solución que encontramos para los acosadores es tener un consejo disciplinario y, a veces, expulsarlos. Terminarán en una nueva escuela secundaria, una nueva escuela secundaria, una nueva escuela primaria, lo que sea. en otros lugares, es decir que una víctima se sentirá mejor pero habrá otra que será atacada.
A pesar de su carrera y de su implicación en la lucha contra el acoso escolar, Valentín se muestra bastante pesimista de cara a los próximos años: “jEstoy absolutamente convencido de que el acoso nunca desaparecerá. Sé que disminuirá y esto pasa principalmente por hablar, conseguir que las víctimas hablen de ello antes de que sea demasiado tarde. Siempre debemos concienciar y prevenir. Creo que no existe una receta milagrosa contra el acoso. No creo que nunca haya uno, a menos que convenzamos a la gente de que necesitamos hablar de ello”. Parte de los fondos recaudados por la venta del manga Las batallas invisibles será donado a la asociación e-Enfance que patrocina la obra.
Para denunciar cualquier situación de acoso o ciberacoso, seas víctima o testigo, existe un teléfono gratuito, anónimo y confidencial: 3018(Nueva ventana)accesible los 7 días de la semana, de 9 a 23 horas, así como una aplicación(Nueva ventana).. Otra información también está disponible en el sitio web del Ministerio de Educación Nacional(Nueva ventana).