“A lo largo de mi carrera, me dijeron que nunca tendría éxito porque cocinar no es para gente como yo, porque no como carne de cerdo y no bebo vino”, confiesa Mohamed Cheikh, que dice haber sido víctima del racismo porque de sus orígenes al inicio de su carrera. “En ese momento, alguien llamado Mohamed en una cocina era quien lavaba los platos. […] antes la gente me decía ‘¿entonces no tienes plan BM para este fin de semana?’, hasta me llamaban cuscús Mahomet y Mohamed”, relata.
El consumado chef recuerda haber sido víctima de acoso durante sus estudios. “Siempre he pesado una media de 90 kilos por 1,85 m, por lo que la barrera física hacía que la gente no me atacara demasiado, era más moral”, confiesa Mohamed Cheikh, que evoca el caso de un compañero que le había agarrado por la chaqueta para molestarlo. “Después de la segunda vez, inmovilicé al tipo contra la pared y le dije ‘la próxima vez que lo hagas de nuevo, recordarás esto'”, explica.
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El Top Chef asegura que nunca se ha quejado con sus padres por estas situaciones. “No les iba a decir… Obviamente tu mamá lo único que te va a decir es ‘para, no importa, haz otra cosa’ pero yo quería hacer este trabajo, así que me quedé con mi Boca cerrada”, confiesa, indicando que sus padres “daron todo por mi educación y para que yo fuera alguien que saliera adelante”.
Titular de un BEP en hostelería, opción de cocina, obtenido en 2010, Mohamed Cheikh está hoy al frente de varios restaurantes, entre ellos Manzili (en París), Babor (en París) y, más recientemente, Meïda (en Saint-Ouen). . Casado y padre de dos hijos, el franco-argelino publicó en 2022 un recetario titulado “Ma Cuisine Méditerranéenne”.