En 1942 tenía 18 años. Comprometida en la Resistencia en el seno de un grupo de Francs-tireurs et partisanos (FTP), se llamaba Rainer. Madeleine Riffaud falleció la mañana del miércoles 6 de noviembre en su apartamento parisino, a la edad de 100 años, según supimos. El mundo de quienes lo rodean, confirmando la información de Humanidad. Antes de ser periodista, corresponsal de guerra en Vietnam y Argelia y reconocida poeta, fue una figura emblemática de la resistencia al ocupante nazi.
Nació el 23 de agosto de 1924 en Arvillers (Somme). Hija de maestros, creció en las tierras de Picardía, aún marcadas por los horrores de la Primera Guerra Mundial. “Un verdadero cementerio”, ella dijo. Tras convertirse en estudiante en París después de la debacle, la joven escribió poemas y se unió a la Resistencia. Miembro del grupo de combate de la facultad, el oficial de enlace Rainer – alias que había elegido en referencia al poeta alemán Rainer Maria Rilke – entró en combate armado en 1943. Mencionado en la orden del ejército de Gaulle y la cruz de guerra con palmas en Durante la Liberación, la joven Madeleine se ofreció a menudo para las acciones más radicales y peligrosas.
Torturado por la Gestapo
Aunque ella lo niegue, Madeleine Riffaud fue una heroína. En 1942, durante una estancia en un sanatorio no lejos de Grenoble, se encontró con la Resistencia. Se recupera de la tuberculosis en este establecimiento construido en el corazón del macizo Chartreuse y dirigido por el doctor Daniel Douady. “Un gran tipoafirmó, que iba a Pétain para alimentar a sus pacientes y albergaba en el sótano de su clínica una imprenta clandestina al servicio de la Resistencia. » En 1944, en las semanas posteriores a la masacre de Oradour-sur-Glane perpetrada el 10 de junio por la división Das Reich, el estado mayor de la Resistencia FTP lanzó el lema: “a cada cual lo suyo”. El 23 de julio, un hermoso domingo de verano, Madeleine mató a un suboficial alemán en un puente sobre el Sena –la pasarela de Solferino– a plena luz del día. Quemarropa. Dos balazos en la cabeza. “No creas que fue algo gracioso. Ni algo odioso. Como habría dicho Paul Eluard, había tomado las armas del dolor. (…) Cayó como un saco de trigo.”escribió más tarde.
Captada casi en flagrante delito por un jefe de la milicia que se encontraba cerca, fue entregada a la Gestapo, que la encerró en la calle des Saussaies. Allí, durante tres semanas, la interrogaron para que diera los nombres de los miembros de su grupo, fue torturada pero no habló. Condenada a muerte, fue encarcelada en la prisión de Fresnes (Val-de-Marne), pero en el último momento escapó de la ejecución. Las SS quieren confrontarla con un policía francés que, unas semanas antes, fue atacado en el Bois de Vincennes, donde le robaron su arma reglamentaria. El mismo que fue utilizado el pasado 23 de julio en la pasarela de Solferino para matar al suboficial alemán.
Te queda por leer el 73,14% de este artículo. El resto está reservado para suscriptores.