Sin embargo, fue absuelto de posesión de imágenes de pornografía infantil “por el beneficio de la duda”.
La Sala de lo Penal de París también ordenó un seguimiento sociojudicial de 20 años, la obligación de indemnizar a las partes civiles y la prohibición definitiva de ejercer una profesión con menores.
Durante su último discurso, Bouhalem Bouchiba, calvo y con barba canosa, volvió a admitir su culpabilidad.
“Soy consciente de todo lo que he hecho. Pido perdón a las víctimas”, añadió.
“Por más audible que sea, esta decisión es también una derrota del pensamiento, un rechazo de los obstáculos ante la reflexión sobre el dolor al que debe incitarnos el fenómeno del +livestream+”, reaccionó Romain Ruiz, uno de sus abogados. sobre el veredicto.
El hombre de 59 años estaba siendo juzgado desde el martes por haber pagado, entre 2012 y 2021, a mujeres filipinas para que violaran y agredieran sexualmente a jóvenes filipinas, de cinco a 10 años, y al menos una vez a una niña de dos años, en frente a una cámara web mediante la práctica del “live-streaming”.
Al otro lado de la pantalla, el acusado daba órdenes que él mismo calificó de “horribles” y “repugnantes” y se masturbaba.
“Sádico”
Horas antes, el fiscal había solicitado la misma sentencia contra el acusado.
“En el lado del jardín, está el diseñador gráfico que sorprende a los niños (…) luego, en el lado de la cancha, Bouhalem Bouchiba es un director pedófilo que escribe sus propios guiones de películas de terror”, declaró el abogado general Philippe Courroye.
La defensa abogó por “matices” en este caso, donde el acusado admitió “todos los hechos alegados”, pidiendo también que se tenga en cuenta “su evolución psicológica”.
En un comunicado de prensa conjunto, las asociaciones civiles de protección de la infancia celebraron el viernes una sentencia “que responde a la extrema gravedad de los hechos”, que envía “un fuerte mensaje a la atención de los niños delincuentes”.
Durante tres días, varios expertos se sucedieron y detallaron la historia de este hombre que se había convertido en una “luminaria internacional del dibujo”, según el presidente del tribunal, Mahrez Abassi, pero con un pasado “complejo” y una “sexualidad perturbada”.
Durante su interrogatorio, el acusado admitió espontáneamente ser culpable de “todos los hechos” alegados y destacó “los beneficios de la prisión” en su camino de redención.
“Durante tres años no me masturbé pensando en un niño”, aseguró.
Para hablar de sus víctimas, Bouhalem Bouchiba, calificado por los expertos de “pedófilo” y “sádico”, admitió haber utilizado el término “cerdos” y ordenó actos violentos y “guionados” contra ellas.
Según él, estas directivas estaban destinadas a “asustarse”, pero reconoció que eran similares a una “tortura”.
Una vez terminado el vídeo envió el dinero. Entre 50 y 100 euros. Lo que “le dio una liberación psicológica de responsabilidad”, argumentó.
Según la investigación, Bouhalem Bouchiba habría gastado más de 50.000 euros durante ese período.
Su nombre quedó registrado en Fijais, el expediente de delincuentes sexuales, tras una primera condena en 2014 por agredir sexualmente a su hijastra, que entonces tenía nueve años.