La ciudad de Marrakech acogerá la primera Invocación titulado “Respiraciones: sobre escucha profunda y recepción activa.», 14 y 15 de noviembre de 2024, bajo la dirección de Laila Hida y Maha El Madi. Este encuentro, que se celebrará en LE18 y en la Fundación Dar Bellarj, se centrará en la precariedad de la respiración, en particular entre los gnaoua y los sufíes, abordando la escucha como una práctica esencial de convivencia. A través de conferencias, talleres y actuaciones, descubriremos la escucha como medio para cultivar la empatía explorando nuevas perspectivas de intercambio y convivencia cultural.
«Al organizar estas “Invocaciones”, queremos acercar los conceptos curatoriales de la Bienal a públicos de todo el mundo, invitando a todos a reflexionar sobre los valores de la escucha y el encuentro como fundamentos de la convivencia. Marrakech, ciudad rica en tradiciones y confluencias culturales, encarna perfectamente este espíritu de apertura.», dijo el presidente de la Fundación Bienal de São Paulo, Andrea Pinheiro.
Para el Comisario General Bonaventure Soh Bejeng Ndikung, esta primera Invocación en Marrakech refleja el deseo de la Bienal de repensar la humanidad como una práctica activa y compartida. “Vivimos en una época en la que los vínculos entre los seres humanos se están debilitando. A través de estas “Invocaciones”, invitamos a artistas, intelectuales y público a cuestionar formas de convivencia escuchando y practicando la humanidad como palabra viva.“, dice.
En continuidad con Invocaciones En Marrakech, otras reuniones tendrán lugar en 2024 y 2025 en Abymes en Guadalupe, en Zanzíbar en Tanzania y en Japón.
Tiempo, espejo y espacio
La 36ª Bienal, que se celebrará del 6 de septiembre al 11 de enero de 2026 en el Pabellón Ciccillo Matarazzo, se basa en un concepto curatorial profundamente arraigado en el poema de la poeta afrobrasileña Conceição Evaristo, De calma y silencio. Esta edición es una invitación a redefinir la humanidad como un verbo, una práctica plasmada en acciones e interacciones conscientes.
El Comisionado General, Ndikung, y su equipo de co-curadores (Alya Sebti, Anna Roberta Goetz, Thiago de Paula Souza, Keyna Eleison y Henriette Gallus) orquestarán este evento que refleja una visión renovada e inclusiva de la humanidad.
Equipo de la 36ª Bienal de São Paulo (de izquierda a derecha): Keyna Eleison, Alya Sebti, Bonaventure Soh Bejeng Ndikung, Henriette Gallus, Anna Roberta Goetz y Thiago de Paula Souza.
La Bienal de São Paulo estructura su recorrido en torno a tres ejes curatoriales distintos: tiempo, reflexión y espacio de encuentro, cada uno de los cuales ofrece una perspectiva para enriquecer la reflexión de los visitantes.
El primer eje, “Reclamar el espacio y el tiempo”, propone un llamado a frenar para comprender mejor nuestro entorno. Fomenta la apertura a las diferencias y la reconexión con la naturaleza, recordándonos la importancia de la contemplación y la paciencia en un mundo cada vez más acelerado.
El segundo eje, “El espejo del otro”, invita a la introspección colectiva, explorando las fronteras que separan a los individuos y las sociedades. Basado en la idea de interconexión humana, este eje empuja a cada uno a ver su propia humanidad en la del otro, a través de una mirada que trasciende las diferencias para establecer conexiones más profundas y auténticas.
Finalmente, el tercer eje, “Espacios de encuentro”, toma como modelo la ría, ese lugar de convergencia entre aguas de variado origen. Este concepto explora influencias cruzadas, particularmente las del manifiesto. Cangrejos con cerebro del movimiento manguebit, que evocan una convivencia basada en la diversidad. Este eje nos invita a repensar las asimetrías de poder y a considerar formas de convivencia alimentadas por la multiplicidad, donde cada cultura y cada historia encuentre su lugar en un diálogo continuo.
Humanidad en construcción
«En un momento en que la humanidad parece nuevamente perdida, donde el significado profundo de ser humano parece flaquear, y en un contexto marcado por crisis sociopolíticas, económicas y ambientales en constante expansión, se vuelve imperativo convocar a una reflexión colectiva sobre el significado de humanidad. Al invitar a artistas, académicos, activistas y otros profesionales de la cultura de múltiples disciplinas, deseamos reimaginar y combinar lo que la humanidad podría significar hoy (…) Ante estas emergencias presentes, pasadas y futuras, debemos concedernos el privilegio de imaginar otro mundo, basado en una concepción renovada y una práctica viva de la humanidad. Así, el proyecto “Nem todo viandante anda estradas – Da humanidade como prática” es una invitación a considerar a la humanidad no sólo como una idea, sino como un verbo, un encuentro y una negociación entre mundos diversos. Es también una invitación a deconstruir las asimetrías como condición previa para que la humanidad se afirme como práctica. Esta Bienal nos anima a colocar la alegría, la belleza y su poética en el centro de las fuerzas que mantienen nuestros mundos en equilibrio…, porque la alegría y la belleza son también fuerzas políticas (…). Más que nunca, estamos invitados a imaginar un mundo donde la humanidad se redescubre y se eleva, en un momento en el que la humanidad nos parece falta.», escribe el curador general de esta bienal, Bonaventure Soh Bejeng Ndikung.
La Bienal pretende reconsiderar la humanidad como un verbo, una práctica viva, imprescindible en un mundo donde repensar las relaciones, las asimetrías y la escucha se convierte en una necesidad para la convivencia. El concepto central, inspirado en la metáfora del estuario – ese espacio de convergencia entre diferentes aguas – guía la reflexión curatorial, nutrida de filosofías, paisajes y mitologías brasileñas. Este marco simboliza la riqueza de los encuentros que han dado forma a la historia de Brasil e invita a una humanidad construida y transformada por la escucha y la negociación entre seres y mundos variados.
Andrea Pinheiro, presidente de la Fundação Bienal de São Paulo, afirma que esta 36ª edición de la Bienal, verdadero patrimonio artístico de Brasil, es fruto de un proceso colectivo liderado por el Consejo Asesor, cuya misión es elegir el proyecto curatorial más en sintonía con los problemas contemporáneos. “Si bien la Bienal pretende ser un espacio para la reflexión y el diálogo sobre los temas cruciales de nuestro tiempo, también demuestra el compromiso de la Fundação de hacer que el arte sea accesible y relevante para una amplia audiencia.“, dijo.
Olas de humanidad
La identidad visual de la Bienal, creada por el estudio Yukiko, con sede en Berlín, representa la idea de polifonía y convivencia dinámica a través de ondas sonoras que simbolizan las frecuencias de las experiencias humanas. Esta elección visual refleja a la humanidad como un espacio fluido, en constante transformación a través de encuentros e interacciones, como un estuario donde diferentes realidades se mezclan en armonía.
La identidad visual de la Bienal, creada por el estudio berlinés Yukiko.
«Basándose en el eje curatorial del sonido y el movimiento manguebit, la identidad visual se basa en ondas sonoras polifónicas y series armónicas, que simbolizan las frecuencias superpuestas de las experiencias humanas. Estas ondas sonoras representan la idea de que la humanidad está en constante evolución y transformación a través de encuentros, muy parecido al estuario, donde varios mundos se encuentran y se mezclan. Esta manifestación visual refuerza el mensaje central de la Bienal: que a través de la escucha intencional y la reflexión profunda, podemos reimaginar a la humanidad como una práctica viva y dinámica.», explican los diseñadores.
«Esperamos que esta Bienal no sólo sea un espacio de diálogo, sino también una verdadera celebración de la humanidad en todas sus formas.», concluye Andrea Pinheiro, presidente de la Fundación Bienal.