El cantante Eric Saade generó polémica el martes por la tarde, durante las semifinales de Eurovisión, al aparecer en el escenario con una keffiyeh alrededor de su muñeca, en señal de apoyo a Gaza. Una posición política estrictamente prohibida por las reglas de la competición y que empujó a Israel a pedir explicaciones a los organizadores. “Eurovisión es un espectáculo en vivo. Todos los que actúan allí conocen las reglas y lamentamos que Eric Saade haya decidido comprometerse con la idea de neutralidad en la competición”, reaccionó la organización de la competición en un comunicado.
Interrogado tras su actuación, Eric Saade, ex candidato a Eurovisión pero que no participa en la competición de este año, fingió ingenuidad. “Recibí este pañuelo de mi padre cuando era pequeño, así que nunca olvidaría de dónde viene mi familia. No tenía idea de que algún día sería considerado un símbolo político”, dijo.
La iniciativa del cantante se produce en un contexto particularmente sensible, con un telón de fondo de guerra en Gaza y una fuerte oposición a la participación de Israel, que se expresa al margen del evento desde hace meses. La policía sueca está nerviosa por temor a un ataque y a excesos en las manifestaciones pro palestinas que se multiplican en torno a la sala de espectáculos de Malmö donde se desarrolla la competición.
Debido a estas tensiones, la organización del concurso fue especialmente estricta en la aplicación de las normas que prohíben cualquier expresión política. En particular, rechazó dos versiones anteriores de la canción israelí, considerando que se referían demasiado explícitamente a las masacres del 7 de octubre.
El representante de Israel, Eden Golan, actuará el jueves por la noche en la segunda semifinal de Eurovisión. La final tendrá lugar el sábado por la noche.
