¿Tienen los jefes tecnológicos más poder que Anna Wintour sobre la Met Gala?

¿Tienen los jefes tecnológicos más poder que Anna Wintour sobre la Met Gala?
¿Tienen los jefes tecnológicos más poder que Anna Wintour sobre la Met Gala?
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Mientras continúan los despidos dentro del grupo Condé Nast, los multimillonarios se unen a su director artístico para una velada social a 350.000 dólares la mesa.

Anna Wintour merece su título de “papita de la moda”. Editor en jefe de Moda Estadounidense desde 1988, directora artística del grupo Condé Nast, es también la organizadora de la Met Gala. Esta cita social neoyorquina, antiguamente reservada a la alta sociedad, fue retomada por el periodista estadounidense en 1995 y se ha transformado en una cita anual ineludible de la moda y el espectáculo. Cada primer lunes de mayo, las celebridades más seguidas en las redes sociales se dan cita en la alfombra roja del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, todas ellas ataviadas con un atuendo extravagante que se supone respeta una temática impuesta. En 2023, un gran éxito: el Met Ball en homenaje a Karl Lagerfeld recaudó casi 22 millones de dólares.

Los looks extravagantes de la Met Gala 2023

Porque sí, la Met Gala no es gratuita: este año, una entrada cuesta 75.000 dólares (aproximadamente 69.565 euros), o 25.000 dólares más que durante la última edición. Para luego poder sentarse a una mesa hay que sumar nada menos que 350.000 dólares. Pero todo esto no garantiza en modo alguno la posibilidad de asistir, sólo el acuerdo final de Anna Wintour da derecho a acceder a la velada de moda más privada del planeta.

Sobre la importancia de los gigantes tecnológicos

A estas alturas todo hace pensar que Anna Wintour es la reina indiscutible de esta ceremonia. Sin embargo, esto está lejos de ser el caso. En este reino elitista, un grupo de empresarios, la mayoría de ellos multimillonarios y creadores de tecnología, controlan los hilos de la Met Gala. Y tener tanto, si no más, poder que el jefe de la Moda Estados Unidos puede “cortarlos” en cualquier momento. Este año, la lujosa gala está patrocinada por dos “presidentes honorarios”: Jonathan Anderson, director artístico de la casa de lujo Loewe, y Shou Zi Chew, director ejecutivo de TikTok. De acuerdo a Correo de Nueva York , el empresario de Singapur firmó un acuerdo con la Met Gala mucho antes de que el Congreso americano adoptara, el 23 de abril, una ley que obligaba a la empresa china ByteDance a vender TikTok, so pena de prohibir la aplicación en territorio americano. Encontrar otro patrocinador habría sido una solución posible pero difícil de aceptar, si se imagina el importe del cheque que podría ofrecer la empresa china.

Shou Zi Chew y su esposa Vivian Kao en la Met Gala 2022 en el Museo Metropolitano de Arte. (Nueva York, 2 de mayo de 2022.)
JAMIE MCCARTHY/Getty Images vía AFP

Porque donde hay tecnología, normalmente hay dinero. Recordamos que en 2012 Amazon patrocinó la Met Gala. Su jefe, Jeff Bezos -o uno de los hombres más ricos del planeta- acudió a la alfombra roja acompañado de su exmujer Mackenzie Bezos. Suficientes para confirmar la entrada del gigante de las ventas online en la moda… y en su negocio. De acuerdo con la New York Times, Jeff Bezos regresará durante la edición de 2024 junto a su pareja Lauren Sanchez. Una pareja que, recordemos, se ofreció un rodaje en las páginas de Moda Americano a finales de 2023.

Mientras tanto en Condé Nast…

Si no falta dinero para navegar en la Met Gala, otro transatlántico está perdiendo impulso al mismo tiempo: Condé Nast. Desde hace varios meses, el grupo de prensa, del que Anna Wintour es responsable de contenidos globales desde 2020, atraviesa un período de crisis. En enero, la revista Horcaadquirida por Condé Nast en 2015, se fusionó con la revista masculina GQ, lo que llevó a una revisión total de los equipos acompañada de despidos. El 23 de enero, nada menos que 400 periodistas y empleados sindicalizados del grupo americano se declararon en huelga para oponerse al plan de despidos que pretende despedir “al 5% de sus equipos, es decir, a unas 300 personas”, recuerda El Fígaro .

Lo suficiente como para provocar la ira de los empleados de Anna Wintour, como la periodista Allison Hussey, especialista en música y cultura. Hace unos meses anunció en X que Anna Wintour la había despedido escondida detrás de sus habituales gafas de sol, que no se había molestado en quitarse. Desde entonces se escuchan rumores, clamores y redactores con altoparlantes: las manitas de la empresa americana están furiosas. Muchos de ellos, anónimos o ex empleados, se han unido en el grupo “Condé Nast Union” para expresar su descontento, especialmente en línea a través de una cuenta de Instagram.

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Todo ello sin omitir muchos problemas: en 2020, Matt Duckor, vicepresidente de Condé Nast, tuvo que dimitir después de que el personal le acusara de racismo. El mismo año, Oren Katzeff, jefe de entretenimiento del grupo, fue señalado por sus tuits ofensivos contra mexicanos y mujeres. Tantos acontecimientos que no han hecho más que empañar la imagen del grupo de prensa… y, de paso, de sus dirigentes.

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