La vida a través de los ojos de los más pequeños

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Durante una escena particularmente conmovedora del documental A la altura del niñoLa pequeña Beatriz le dice con franqueza a su madre, antes de acostarse, que preferiría seguir siendo un bebé toda su vida.

Detrás de la cámara, su padre, Olivier Higgins, supo inmediatamente que éste sería un momento importante de la película que estaba rodando con su compañera, Mélanie Carrier.

“Después me senté en el sofá con Melanie y tenía lágrimas en los ojos. Es increíble haber filmado eso. Los niños dicen eso una vez en la vida”.

Beatriz Higgins

Fotografía proporcionada por MÖ FILMS

Esta escena mágica ilustra toda la fuerza emocional de este bellísimo documental. Filmado en Quebec, A la altura del niño espía con bondad el asombro, la ingenuidad y las preguntas de sus hijos, Émile y Béatrice, en casa, en la escuela y en las vacaciones familiares, durante un período de cuatro años, parte de los cuales durante una pandemia.

Ésta es la famosa vida real, en toda su sencillez y aspectos poéticos, vista por los más pequeños entre nosotros.

Gratitud

A la altura del niño La película, que se presentó el domingo pasado en la noche de clausura del Festival de Cine de la Ciudad de Quebec y ganó el Premio del Público Jean-Marc-Vallée, conmovió a los espectadores al exponerles lo que Mélanie Carrier llama “la vulnerabilidad de la realidad”.


La familia Higgins-Carrier en la alfombra roja del Festival de Cine de la Ciudad de Quebec.

Fotografía cedida por la FCVQ, STÉPHANE BOURGEOIS

“Lo que me molesta de este premio es que premia una película que es una oda llena de luz, que no tiene mucho suspense, que no es este asesino de mi vecino. Ofrecemos a los adultos la posibilidad de volver a la infancia y recibir esto de frente con dulzura, con nuestras preguntas como padres de fondo. Este premio significa que hemos tocado una fibra sensible”, afirma.

Más que el premio FCVQ, fueron los numerosos mensajes de agradecimiento y felicitaciones que recibieron posteriormente de los espectadores lo que los conmovió aún más.

“Todos los padres deberían tomarse el tiempo de ver la película para comprender mejor lo que pasa por la cabeza de nuestros hijos”, escribió la madre de un amigo de Émile, quien se dijo molesta.

Involucrarlos

Los protagonistas de la película, Émile y Béatrice, son también, en cierta medida, sus artífices. Fue Émile quien tuvo la idea del título, sin saber siquiera que uno de nuestros grandes documentales políticos se llama A la altura humanay ambos presentaron sus ideas durante la edición.

“Es fundamental implicarlos. Esta película los acompañará durante toda su vida. Es, en cierto modo, un legado”, subraya Mélanie Carrier.


Émile Higgins en la escuela en una escena de la película

La familia Higgins-Carrier está en el centro del conmovedor documental “À hauteur d’enfant”, que se estrena en los cines después de ganar el Premio del Público Jean-Marc-Vallée en el Festival de Cine de la Ciudad de Quebec.

Fotografía proporcionada por PIXELLEX COMMUNICATIONS, LISE BRETON

La pareja dijo que aprendieron mucho de la experiencia. “Estar rodeados de niños nos recuerda la importancia de la capacidad de asombro. […] “Nos recuerda también que la libertad que deseamos para ellos no debe olvidarse para nosotros”, señala M.a mí Transportador.

Por su parte, su amante destaca la importancia del susurro para captar la atención de los niños. “Es importante estar a su altura y a veces ese susurro”, dice, hablando en voz baja, “tiene un peso”.

A la altura del niño se proyectará en Montreal este fin de semana y en la ciudad de Quebec el 27 de septiembre.

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