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Con su prestigioso reparto y sus idílicos escenarios –la pequeña isla burguesa de Nantucket, en Nueva Inglaterra– La pareja perfecta (Una pareja perfecta) tiene todos los ingredientes para ser un éxito de finales de verano. Sobre todo porque cuenta con una habitual de la pantalla chica, Nicole Kidman, cuya alta figura le da a la serie, adaptada de una novela de la estadounidense Elin Hilderbrand, un toque extra de glamour.
Por una vez, la australiana interpreta un papel que le viene como anillo al dedo a sus 57 años. Greer Winbury es una exitosa escritora de novelas policiacas que se prepara para casarse con su hijo menor –tiene tres– en la lujosa villa en la que pasa el verano con su marido, Tag (Liev Schreiber). Es durante la suntuosa cena de ensayo que conocemos a los invitados, las damas de honor y los padrinos de boda, así como a los futuros novios, Benji (Billy Howle) y Amelia (Eve Hewson, a la que vemos en la serie). Hermanas malas en 2022), una joven de orígenes mucho más modestos.
Aunque todos fingen divertirse, la velada está llena de tensión y podemos intuir que esta unión, que Greer Winbury desaprueba, no comienza con los mejores augurios. A la mañana siguiente, pocas horas antes de la boda, un cadáver sacado del agua pone fin a los festejos.
Secretos mortales
La investigación al estilo Cluedo que sigue es obviamente menos interesante que lo que revelará sobre la dinámica malsana que sacude a la familia Winbury y los secretos mortales que ocultan sus miembros. Una pareja perfecta no tiene el poder satírico de su primo lejano HBO, El loto blanco (2021 y 2022), la sospecha que pesa sobre cada personaje revela por turno la misma crueldad, la misma violencia de las relaciones humanas, que nos gusta creer que acompaña sistemáticamente a la gran riqueza.
La serie adopta esta postura con cierta eficacia, sobre todo en la puesta en escena de la pareja formada por Greer y Tag, una mezcla de admiración mutua y resentimiento, embotada por veintinueve años de convivencia, pero cuyas costuras no deben ceder. Para sobrevivir, Tag pierde sus días puliendo la madera de sus barcos y fumando porros. Greer produce copia día y noche para mantener a flote unas finanzas más frágiles de lo que se podría pensar, y ejerce una tiranía total sobre su casa, por miedo a quedar ella misma expuesta.
Este hipercontrol, que también es común en las actrices que se hacen mayores, lo encarna Kidman mejor que nadie. Como era de esperar, la serie se desarrolla en torno a ella y la actriz encuentra aquí una forma de vigor y energía que hacía tiempo que no veíamos en ella.
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