La nueva versión rediseñada del Tesla Model Y ve caer su velocidad máxima de 217 a 201 km/h. ¿Cuales son las razones?
Tesla es, hasta la fecha, el único fabricante mundial que no se molesta en redactar notas de prensa detallando, al detalle, las características de sus productos. Nueva y remodelada, es la gran omertá. No sabemos nada, absolutamente nada, sobre dimensiones, volúmenes, tecnologías de motores, capacidades de baterías. Ningún portavoz ni ingeniero habla para explicar las opciones. Tampoco se puede localizar a nadie: “ ¡Compra y cállate!« .
Un enfoque particular que, sobre todo, abre la puerta a múltiples interpretaciones e hipótesis. Como la que consiste en explicar por qué los Tesla Model Y 2025 están ahora limitados a 201 km/h, frente a los 217 km/h de hace poco… o incluso los 250 km/h de la versión Full Autonomy de hace unos meses.
Una caída que, sobre el papel, es muy anecdótica, porque nadie se aventura realmente a estas velocidades con máquinas de 2 toneladas vacías, además eléctricas, a riesgo de ver colapsar la autonomía en unas pocas decenas de kilómetros.
¿Ahorros ocultos?
La seguridad no influye realmente, porque incluso a 201 km/h los impactos son dramáticos. Pese a todo, estar simbólicamente por encima de los 200 km/h es garantía de prestaciones en el subconsciente de los clientes. La primera razón de esta caída de la velocidad máxima la encontramos en el uso de motores eléctricos con velocidades de rotación más bajas. Por lo tanto, tecnológicamente menos avanzado y menos costoso.
Lo mismo ocurre con la homologación de neumáticos que, por tanto, pueden bajar un escalón en términos de índices de carga y velocidad. Los neumáticos de alto rendimiento son caros y, multiplicados por los millones de neumáticos que se necesitan anualmente, las economías de escala son gigantescas.
Los neumáticos con índices de velocidad más bajos también pueden ofrecer una mayor longevidad (la gran crítica a los Tesla que destruyen sus neumáticos muy rápidamente), porque están sujetos a menos estrés térmico y mecánico. Asimismo, estos neumáticos adaptados a velocidades más bajas pueden tener una resistencia a la rodadura optimizada, mejorando así la autonomía del vehículo, la gran lucha (comercial) de Tesla, sobre todo con un Model Y que no ha evolucionado tecnológicamente.
¿Fiabilidad en cuestión?
Entonces entra en juego la durabilidad de los componentes mecánicos. Al limitar la velocidad máxima, Tesla busca reducir el desgaste de los componentes, lo que se traduce en una reducción de los costes de mantenimiento para los usuarios, pero también de la cobertura de la garantía.
Finalmente, al reducir la velocidad de las versiones “familiares”, Tesla crea una diferenciación en su gama: la versión Model Y Performance, destinada a clientes que buscan emociones fuertes, mantiene velocidades más altas, justificando así su posicionamiento de gama alta y más caro.
El siguiente paso lógico sería una brida electrónica de unos 180 km/h, como muchos fabricantes en Europa.
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