El Standard de Liège atraviesa un período financiero crítico. Las cuentas anuales publicadas revelan una pérdida de 25 millones de euros para el ejercicio 2023-2024 y una deuda que alcanza los 69 millones.
En cuatro años, el club acumula unas pérdidas de 86 millones y un patrimonio negativo de -39 millones. Su supervivencia depende de las contribuciones financieras de su propietario, A-CAP, cuya situación se ve debilitada por las sanciones en Estados Unidos.
Entre las causas de esta crisis, destacamos una plantilla en aumento (36,4 millones de euros) y unos ingresos insuficientes, en parte debido a la ausencia de competiciones europeas y a unos resultados deportivos decepcionantes. Aunque las transferencias aportaron alrededor de 10 millones de euros, estas entradas de dinero se reparten a lo largo de varios meses. Para aliviar la presión, A-CAP canceló recientemente una deuda de 25 millones de euros con el club.
Pese a este preocupante contexto, el auditor cree que no existe riesgo inmediato para la continuidad, gracias a un compromiso financiero de 26 millones de euros por parte de la matriz para los próximos 12 meses. Sin embargo, las incertidumbres que rodean a A-CAP, que también lucha con otros activos, plantean dudas sobre su capacidad para cumplir ese compromiso.
¿A QUIÉN INVERTIR?
La venta de Standard parece una emergencia, pero las cifras desalentadoras y las considerables deudas hacen que la operación sea compleja. Los potenciales compradores no sólo tendrán que asumir estas pérdidas, sino también invertir para fortalecer los equipos y estabilizar las finanzas, mientras compran el estadio, aún bajo embargo judicial. El desafío es significativo para relanzar un club emblemático y de futuro incierto.
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