El sábado, durante la 12.ª edición del Campeonato Mundial de Cata de Vinos a Ciegas, organizado por la “Revue du vin de France”, Suiza brilló con el segundo puesto.
El equipo italiano ganó la competición que tuvo lugar en el Château Dauzac, un Grand Cru Classé de la denominación de origen Margaux, en Médoc, Francia, por delante de Suiza y Taiwán, que empataron en el podio. Treinta y nueve países competían para intentar ganar el título.
La delegación suiza tuvo la particularidad de estar compuesta íntegramente por valdenses. Reunió a Sylvie Camandona, antigua colaboradora de la Cave de La Côte, Rodrigo Banto, enólogo de la misma bodega, al director técnico Christian Gfeller y a François Vuille, máster en enología y delegado cantonal para la transición energética.
Estos apasionados del vino se clasificaron el pasado mes de junio al proclamarse campeones de Suiza durante un concurso celebrado en el castillo de Châtagneréaz, en Mont-sur-Rolle.
una sorpresa
Interrogada el lunes en el programa RTS Forum, Sylvie Camandona expresó su sorpresa por esta gran actuación: “Quizás esperábamos llegar al primer tercio del ranking, pero no pensábamos que obtendríamos el segundo lugar”.
Este resultado demuestra el intenso trabajo realizado por el equipo, que se reunía cada semana para entrenar. Sylvie Camandona explica que el grupo supo sacar provecho de su complicidad y de su pasión común: “Lo que hay que decir es que también somos amigos. Eso ayuda, porque disfrutamos estar juntos”.
Doce vinos para degustar
Durante el concurso, los participantes tuvieron que catar doce vinos de todo el mundo, desde un vino espumoso español de la denominación de origen Corpinnat hasta un vino blanco francés del Jura. El desafío consistió en identificar la variedad de uva (10 puntos), el país (5 puntos), la región (5 puntos) y la cosecha (3 puntos).
“Hay tres vinos en los que encontramos de todo y tres en los que no encontramos nada”, confiesa Christian Gfeller, refiriéndose en particular a un Malbec argentino que el equipo confundió con un vino español por sus aromas dulces y cálidos. .
“Intentamos poner en común nuestros conocimientos y cada miembro tiene sus especialidades”, explica Christian Gfeller. La cata no se limita a los aromas en boca, sino que también tiene en cuenta aspectos como la retronasal, la estructura de los taninos y el color del vino, que pueden aportar valiosas pistas.
Christian Gfeller subraya la importancia del consenso dentro del equipo: “Opiniones diferentes, sí, pero convergemos hacia una opinión común, a menudo por consenso”.
Comentarios recopilados por Valentin Emery y Mehmet Gultas
Adaptación web: vajo con ats
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