Salió de la casa familiar una noche de junio de 2024 y le dijo a su hija de 13 años que regresaría dentro de una hora. No sucedió. La muy joven adolescente tuvo que cuidar sola durante muchas horas a su hermano de 8 años y a su hermana de 7 meses. Esta madre, que no contestó el teléfono en toda la noche mientras su angustiado mayor intentaba contactar con ella porque el bebé se había despertado, no reapareció hasta el día siguiente a las 20 horas.
Mientras tanto, esta española de 30 años todavía había cogido a su hija por teléfono por la mañana, mientras estaba borracha y en casa de una amiga. El niño le pidió que volviera a casa, pero se negó. Según la orden penal que relata este triste asunto, el adulto supuestamente le dijo que, como ella, también tenía derecho a divertirse, comentarios que ella negó cuando fue interrogada por la policía en octubre.
Lo cierto es que, después de haber prometido una vez más a su hija que volvería “en una hora y media”, ésta volvió a desaparecer, permaneció inalcanzable y acabó en el hospital, para no reaparecer en su casa hasta las 20.00 horas.
Una cosa llevó a la otra, este abandono llegó a oídos de la justicia: en agosto, la adolescente, “muy conmovida por estos hechos”, confió a una docente de su Ciclo de Orientación, quien advirtió a su dirección, que habló con la Protección del Menor. Servicio. Esta última denunció los hechos ante el Ministerio Público, que tomó medidas: esta madre divorciada, desempleada y en el Hospicio General, fue declarada culpable de violación del deber de asistencia o educación. Recibió una multa de 50 francos diarios durante 50 días. Además de las costas procesales, deberá pagar 3.010 francos. Hasta la fecha no se ha opuesto.