El sol brilló el sábado en la Engiadina de Saint-Moritz con la victoria de Conny Hütter, el podio de Lara Gut-Behrami y el regreso de Lindsey Vonn al Circo Blanco, durante el primer super-G disputado en Graubünden. Una cosa es segura: el domingo será diferente en el segundo evento del programa. El cielo se va a poner malo y el segundo super-G bien podría cancelarse. Al menos esa es la tendencia que estaba surgiendo al final del día.
Durante la reunión de los jefes de equipo el sábado por la tarde en el exclusivo complejo turístico, el pesimismo estuvo a la orden del día. “Será más complicado, eso está claro”, confirmó Jürg Zogg, meteorólogo de la organización. En concreto, es sobre todo la parte superior de la ruta la que corre el riesgo de quedar intransitable debido a la mala visibilidad, un problema recurrente en Saint-Moritz, en particular con la presencia frecuente de la famosa serpiente de Maloja (Malojaschlange). Además, el viento del oeste, con rachas de hasta 60 km/h o más, haría que la carrera fuera insegura e irregular.
Los pocos centímetros de nieve que probablemente caerán durante la noche y a primera hora de la mañana, sin embargo, no deberían ser (demasiado) problemáticos. “La superficie de base es buena”, se alegra Peter Gerdol, jefe del Mundial femenino. De este modo, el oro blanco puede ser empujado por máquinas sin que se dañe la pista. Las temperaturas serán más cálidas que el sábado pero seguirán siendo negativas.
LMO, San Moritz
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