Hace diez años, Helena Costa causó una breve impresión al convertirse en la primera mujer a la que se le propuso entrenar a un equipo masculino profesional, cuando Clermont Foot apostó por ella. Pero esta aventura terminó rápidamente, debido a tensiones internas y falta de apoyo. A pesar de este fracaso, Helena Costa pudo recuperarse y trazar su camino con determinación. Hoy pasa esta página con serenidad y sonríe al pasado.
Desde este período tumultuoso, la portuguesa ha construido una carrera rica e inspiradora, salpicada de importantes éxitos. Entre ellos, su papel como ojeador del Eintracht Frankfurt, que ganó la Europa League en 2022, sigue siendo uno de los momentos más destacados de su carrera. “Este título contra el Glasgow Rangers es probablemente la experiencia más impactante de mi carrera”, confiesa. Pero más allá de los trofeos, es su deseo de explorar nuevos horizontes y cambiar mentalidades lo que ha guiado su trayectoria.
Antes de brillar en la escena europea, Helena Costa ya había impresionado en contextos más atípicos. En particular, dirigió equipos femeninos en Qatar e Irán, donde trabajó para desarrollar el fútbol femenino. “Cuando llegué nadie sabía de la existencia de un equipo femenino en Qatar. Fui a escuelas y universidades a reclutar jugadores”, explicó. Su compromiso con la emancipación de la mujer a través del deporte demuestra su deseo de romper barreras.
UN TROFEO
Después de haberse iniciado en el fútbol masculino como ojeadora y líder de ojeadores en clubes prestigiosos como el Watford o el Eintracht Frankfurt, acaba de ser nombrada directora deportiva del Estoril, club de la primera división portuguesa. Una posición inédita para una mujer en el fútbol masculino profesional, que confirma su condición de pionera. Helena Costa ahora espera allanar el camino para otras mujeres y demostrar que las habilidades tienen prioridad sobre el género.
UN AVANCE PARA EL FÚTBOL
Para ella, cada etapa de su carrera ha sido una oportunidad para traspasar los límites y demostrar que las oportunidades existen para todos, siempre y cuando se atrevan a aprovecharlas. “Siempre me han juzgado por mis habilidades, no por mi género, como a un médico o un gerente”, dice. Pero también insiste en la importancia de seguir impulsando el fútbol femenino, un ámbito que todavía mantiene muy cerca de su corazón.
A sus 46 años, Helena Costa sigue apuntando alto, con la ambición de hacer avanzar el fútbol masculino sin dejar de ser una firme defensora del fútbol femenino. Su nombramiento en Estoril es una prueba más de su creciente influencia en un mundo que, poco a poco, se abre a una mayor diversidad e inclusión.