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Por: Salaheddine Lalouani
El 21 de diciembre de 2024, el mundo del boxeo espera ansioso una de las peleas más titánicas en la historia del peso pesado: Tyson Fury contra Oleksandr Usyk. Esta venganza, tras un primer enfrentamiento en mayo de 2024 en el que Usyk ganó por decisión dividida, no se reduce a un simple duelo de boxeadores, sino que encarna dos trayectorias opuestas, estilos contrastantes y, sobre todo, una lucha por la supremacía de los pesos pesados. Una mirada retrospectiva a los fascinantes viajes de estos dos gigantes, que marcaron la historia del boxeo antes de volver a enfrentarse.
Tyson Fury: ascenso, caída y redención
El viaje de Tyson Fury es todo menos lineal. Después de causar sensación en 2015 al derrotar a Vladimir Klitschko, un campeón invicto que había dominado la división de peso pesado durante casi una década, Fury se convirtió en el rey del peso pesado. Este triunfo, logrado gracias a un juego de pies fluido y una inteligencia táctica excepcional, marcó el comienzo de su leyenda. Pero la gloria durará poco. Después de su victoria contra Klitschko, Fury se retiró del ring debido a problemas personales, entre ellos depresión y adicción al alcohol. Un descenso a los infiernos que podría haber destruido su carrera. Pero Tyson Fury no es un boxeador cualquiera.
Después de tres años de ausencia, el gigante regresó en 2018, dispuesto a recuperar lo que por derecho le pertenecía. Su trilogía contra Deontay Wilder, que comenzó ese mismo año, es uno de los momentos más notables en la historia del boxeo moderno. Después de un polémico primer combate, donde se recuperó milagrosamente de un nocaut, Fury acabó dominando a Wilder en una impresionante segunda pelea, y la cerró con un magistral nocaut en el tercero, demostrando que no era sólo un campeón de paso, sino un verdadero maestro de la categoría. En cada pelea, Fury ha demostrado que puede superar cualquier dificultad, ajustándose y mejorando con cada desafío. Su regreso es una verdadera lección de resiliencia y estrategia.
Usyk: El maestro de los pesos crucero, el desafío de los pesos pesados
Por otro lado, Oleksandr Usyk ha trazado un camino paralelo, pero igualmente notable. Originario de Ucrania, Usyk se estableció por primera vez en la categoría de peso crucero, donde se convirtió en campeón indiscutible y conquistó todos los cinturones importantes. Su trayectoria ha estado marcada por victorias impresionantes y un dominio inquebrantable en una categoría donde el tamaño y el poder suelen ser activos decisivos. Pero fue cuando subió al peso pesado que Usyk realmente dejó su huella. En 2021, derrotó a Anthony Joshua, un boxeador mucho más grande y poderoso, para convertirse en campeón de peso pesado. Usyk consiguió esta victoria gracias a su impecable estilo técnico, sus movimientos fluidos y su capacidad para esquivar ataques imponiendo su propio ritmo. Es un técnico puro, un maestro de la gestión a distancia y de cambios. Su juego de pies, velocidad y capacidad para leer las peleas lo convierten en uno de los boxeadores más difíciles de enfrentar. Usyk, al vencer a Joshua, demostró que puede competir con los más grandes, aunque no tenga la talla de sus oponentes.
Primera Pelea: Usyk sorprende a Fury
La primera pelea entre Fury y Usyk tendrá lugar en mayo de 2024, en un contexto ya tenso tras meses de negociaciones. Las expectativas eran inmensas: Fury, con su inmenso tamaño y reputación, era visto como el gran favorito, mientras que Usyk, a pesar de su victoria contra Joshua, seguía siendo visto como el retador subestimado. Pero desde el principio, Usyk demuestra su dominio técnico y su capacidad para controlar el ritmo de la pelea. Moviéndose constantemente, esquivando los ataques de Fury y golpeando con precisión, consigue desestabilizar al gigante británico. Fury, que suele imponer su juego gracias a su tamaño y potencia, parece abrumado por la velocidad y la inteligencia táctica de Usyk. Incluso si Fury logra hacer frente a su oponente, es Usyk quien se lleva los asaltos decisivos. La decisión dividida de los jueces marca una victoria controvertida pero indiscutible para Usyk. Esta pelea reveló una cosa: a pesar de su poder, Fury no puede confiar en su tamaño para ganarle a un técnico tan hábil como Usyk. La inteligencia y la capacidad del boxeador ucraniano para manipular el espacio fueron las claves de su victoria y expusieron las debilidades del juego de Fury.
El estilo de los dos boxeadores: contrastes garantizados
Uno de los aspectos más fascinantes de esta lucha es el choque de estilos. Fury, con su imponente constitución de más de 2 metros, es un boxeador ágil para su tamaño. Utiliza la longitud de su brazo para controlar la distancia y sorprender a sus oponentes con sus fintas y poder. A Fury le gusta controlar el ritmo de la pelea con presión constante, pero también puede defender con un tecnicismo que lo distingue de otros gigantes. Tiene un buen juego de pies y, aunque es más conocido por sus nocauts, sabe adaptarse tácticamente. Por otro lado, Usyk es un técnico puro. Su velocidad y juego de pies lo convierten en un oponente formidable. Evita los intercambios directos moviéndose constantemente, atacando donde su oponente es vulnerable. Comparado con Muhammad Ali, tiene esta rara habilidad de desestabilizar a sus oponentes mediante movimientos impredecibles y un perfecto manejo del ring. Su principal baza sigue siendo su capacidad para gestionar los ritmos de combate y controlar la distancia.
La venganza del 21 de diciembre: ¿Quién ganará?
La pelea del 21 de diciembre será una oportunidad para ver si Fury aprendió lecciones de su primera derrota contra Usyk. El gigante británico tendrá que encontrar una manera de romper el blindaje técnico de Usyk, evitando al mismo tiempo verse arrastrado a un intercambio en el que estaría en desventaja. Fury tendrá que imponer su tamaño, su poder y su astucia, pero también tendrá que permanecer alerta ante la inteligencia táctica de Usyk. Usyk, por su parte, deberá mantener la misma estrategia que le permitió tomar ventaja: mantenerse móvil, atacar en el momento adecuado y evitar el intercambio de golpes. Si puede hacer lo que mejor sabe hacer (manipular el espacio y el combate directo), bien podría defender su condición de campeón indiscutible.
Una conclusión histórica
Esta pelea no será una revancha más en la historia del peso pesado. Este será el acto final de una saga que vio el ascenso de dos gigantes, cada uno con su propia leyenda y filosofía del boxeo. El 21 de diciembre, el ring se convertirá en la arena donde estos dos boxeadores se enfrentarán para determinar de una vez por todas quién reinará sobre los pesos pesados. Una batalla de estilos, mentalidades y resiliencia, con mucho más que cinturones en juego: un lugar en la historia del deporte.
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