Max Pacioretty, que alguna vez fue uno de los abanderados del hockey estadounidense, hoy parece incapaz de recuperarse de una carrera que se desmorona.
Después de otra ausencia prolongada debido a lesiones, Pacioretty regresó a la acción esta temporada con los Toronto Maple Leafs.
Pero con sólo 15 partidos disputados, 2 goles y 4 asistencias, su aportación es más que decepcionante. Peor aún, solo ha conseguido una asistencia en sus últimos ocho partidos.
Claramente, es difícil para Max.
Y como si los números no fueran suficientes para ilustrar su declive, anoche se habló de él por las razones equivocadas.
Durante el partido entre los Maple Leafs y los New Jersey Devils, Pacioretty administró un cheque que provocó una indignación generalizada.
¿El objetivo? Jack Hughes, la cara del hockey americano y figura clave de la nueva generación.
Lo sorprendente es que Hughes ni siquiera tenía el disco en el momento del impacto. Este gesto gratuito, casi mezquino, se convirtió en el principal tema de conversación tras la victoria de los Leafs fuera del tiempo extra.
En el video, vemos claramente que Hughes es vulnerable, totalmente concentrado en otra parte, cuando Pacioretty lo ataca con un control corporal cuestionable.
El banquillo de los Devils reaccionó de inmediato y la afición hizo oír su enfado. Hay que decir que Jack Hughes no sólo es un jugador excepcional, sino también un símbolo nacional para los aficionados al hockey en Estados Unidos.
A sus 22 años, encarna todo lo que representa la nueva generación: velocidad, delicadeza e inteligencia de juego. Verlo en el punto de mira de un veterano frustrado basta para encender pasiones.
Este gesto plantea una pregunta obvia: ¿por qué Max Pacioretty, un jugador que ya ha representado a la selección estadounidense en varias ocasiones, ataca a un joven talento que encarna el futuro de su país?
¿Es este un intento desesperado por seguir siendo relevante? ¿Frustración con un juego que se vuelve cada vez más rápido y ya no puede seguir el ritmo?
De todos modos, los aficionados de los Devils y de Jack Hughes, pero también una gran parte de los aficionados al hockey americano, no dudaron en expresar su indignación.
Lo que hace que la situación sea aún más impactante es la conocida fragilidad de Hughes.
El jugador estrella de los Devils ha tenido muchas lesiones antes y su equipo administra cuidadosamente su tiempo en el hielo para evitar riesgos innecesarios.
Pacioretty, con toda su experiencia, debía ser muy consciente de ello. Y, sin embargo, decidió atacarlo con un gesto inútil que no tenía ningún propósito legítimo.
Alguna vez fue un ala-pívot temible y un líder respetado, pero ahora parece incapaz de encontrar su lugar en una liga que ha evolucionado sin él.
Las lesiones han obstaculizado su carrera, claro, pero su incapacidad para adaptarse al hockey moderno, rápido y basado en habilidades es evidente. Este control sobre Hughes sólo resalta esta realidad.
Esta no es la primera vez que Pacioretty ha sido criticado por no lograr elevar su juego al nivel de las expectativas.
Aunque participó en los Juegos Olímpicos de 2014 y en algunos campeonatos mundiales, nunca dejó una huella imborrable en el escenario internacional.
Jack Hughes, por el contrario, ya está redefiniendo lo que significa ser un jugador estadounidense en la NHL.
Para un jugador que alguna vez fue un modelo de liderazgo y talento, este es un final muy triste y decepcionante.
Y si este gesto es el que debemos recordar de sus últimos años en la NHL, entonces es un triste recordatorio de que, a veces, es mejor saber abandonar antes de que el juego nos supere por completo.
Miseria