El congreso virtual de este miércoles deparará pocas sorpresas y revelará las opciones para los Mundiales de 2030 y 2034. Los candidatos seleccionados, fruto de intensas maniobras geopolíticas, ya han sido objeto de consenso.
la Copa del Mundo 2030 celebrará un siglo de historia del fútbol a través de una organización sin precedentes. Tres países sudamericanos (Uruguay, Paraguay y Argentina) albergarán los partidos inaugurales titulados “Celebraciones del Centenario” los días 8 y 9 de junio. Estos partidos marcarán un homenaje a la primera edición, celebrada en Uruguay en 1930. Posteriormente, la competición se trasladará a España, Marruecos y Portugal, principales anfitriones de los 101 partidos restantes, hasta la final prevista para el 21 de julio.
Esta candidatura transcontinental llegó a buen término después de varios acontecimientos importantes. Inicialmente, las propuestas en competencia incluían una oferta de las Islas Británicas y un proyecto asiático liderado por Corea del Sur. La UEFA, por su parte, apoyó una asociación España-Portugal-Ucrania, pero Ucrania quedó discretamente marginada cuando Marruecos se unió a la candidatura ibérica.
En 2034, Arabia Saudita será la sede exclusiva del torneo. Esta elección es necesaria tras la retirada de candidatos potenciales como Australia e Indonesia. El reino está planeando un amplio programa de inversiones para construir doce estadios ultramodernos, que complementarán dos infraestructuras existentes, en previsión de la ampliación del formato a 48 equipos.
Sin embargo, estas ediciones no escapan a las críticas. Organizaciones como Amnistía Internacional y Sports and Rights Alliance (SRA) están pidiendo a la FIFA que garantice la protección de los trabajadores, los aficionados y las poblaciones locales. Estas demandas reflejan preocupaciones sobre la explotación y la posible discriminación.
Avance histórico de Marruecos
Después de cinco intentos fallidos a lo largo de tres décadas, Marruecos finalmente logró su objetivo. Desde su primera candidatura para la edición de 1994, el país ha demostrado una determinación inquebrantable, reforzada por las actuaciones de su selección nacional, en particular su histórica clasificación en las semifinales del Mundial de Qatar 2022.
Como coanfitrión de 2030, Marruecos se une a la élite de naciones anfitrionas. Este éxito ilustra una estrategia a largo plazo, respaldada por asociaciones estratégicas, como los 44 acuerdos firmados con federaciones africanas. Esta diplomacia deportiva se inscribe en un marco más amplio de reafirmación de la influencia marroquí en África desde su regreso a la Unión Africana en 2017.
Para preparar el torneo, Marruecos apuesta por un importante programa de infraestructuras. El proyecto emblemático, el Estadio Hassan II cerca de Casablanca, aspira a convertirse en el estadio más grande del mundo con una capacidad de 115.000 asientos. Seis ciudades –Rabat, Casablanca, Fez, Tánger, Marrakech y Agadir– se someterán a importantes modernizaciones, incluidas ampliaciones de aeropuertos, mejoras de carreteras y desarrollos hoteleros.
Esta estrategia, tanto deportiva como económica, pretende generar beneficios duraderos. Fouzi Lekjaa, presidente del Comité de la Copa Mundial 2030, destaca la oportunidad única de acelerar el crecimiento económico y fortalecer el atractivo internacional del país.
Una cuestión importante sigue sin resolverse: la ubicación de la final. Casablanca, con su futuro Estadio Hassan II, rivaliza con sitios emblemáticos de España, como el Santiago Bernabéu en Madrid y el Camp Nou en Barcelona. Marruecos, en caso de ganar, marcaría una primicia histórica: organizar una final de la Copa del Mundo en suelo africano. Esta decisión cumpliría con los objetivos declarados de la FIFA de aumentar el alcance global del fútbol.
España, con su herencia futbolística y su experiencia como anfitriona de la edición de 1982, ofrece una competencia formidable. Con 11 estadios previstos para el torneo, desempeña un papel central en esta organización conjunta. Sin embargo, Marruecos espera que su compromiso excepcional con el desarrollo del fútbol africano y su ambición infraestructural incline la balanza a su favor.
MK/SF/te/APA
