Los organizadores del Tour de Francia intentan reducir el riesgo de caídas. Desde 2005 está vigente la regla de los “3 km” para evitar movimientos grupales y caídas colectivas. Esto permite a los corredores que aspiran a la clasificación general y no les preocupa el sprint dejar que los equipos de velocistas trabajen en estos últimos tres kilómetros y se deslicen hacia la parte trasera del pelotón. En caso de caída o problema mecánico en este sector de la carrera, se clasificaban al mismo tiempo que el pelotón. Sin embargo, tuvieron que evitar una ruptura.
Pero a pesar de esta regla, todavía se produjeron numerosas caídas durante las últimas ediciones de la Grande Boucle. Por tanto, la norma ha evolucionado. Este año se amplía a 4 kilómetros para las etapas 5, 6 y 10, y a 5 kilómetros para las etapas 3, 12, 13. Así será, por tanto, durante la llegada de este lunes.
Además de esta decisión, también se estableció la regla de los 3 segundos. Esto permite a los corredores quedarse ligeramente atrás en los últimos cientos de metros. Si llegan menos de tres segundos después del pelotón, se clasificarán al mismo tiempo que el pelotón y no pagarán las consecuencias en la clasificación general. De nuevo, el objetivo es reducir el pelotón, y limitar los movimientos de carrera para evitar caídas. Este tercer paso dará una primera indicación de la utilidad de estas reformas.