“Sonido y furia. » Así podríamos resumir en dos palabras el encuentro entre Nantes y Le Havre, disputado el pasado domingo en el marco del 12mi jornada de la Ligue 1. Más allá de la derrota de Canarias, sus 9mi partidos seguidos sin victoria, lo que más llamó la atención fue el intento de invasión del terreno de juego “70 a 80 seguidores » de la Tribuna del Loirasegún información diaria Oeste de Francia. Lo suficiente como para provocar una interrupción de media hora cuando ya estábamos en el tiempo añadido. En el primer tiempo, el árbitro ya había tenido que detener las hostilidades durante varios minutos tras el lanzamiento de pelotas de tenis y rollos de papel higiénico, también procedentes de la Tribuna del Loira. Lo suficiente como para enfadar mucho a los inquilinos de la plaza Beauveau, quienes, según DEhabría « muy en serio” estudió “la puesta en marcha de un procedimiento para disolver la Brigada del Loira”principal grupo ultra de la tribuna del mismo nombre y que contaría, según El equipoalrededor de 3.000 inserciones, es decir, la mitad de los espectadores presentes en la curva Beaujoire.
Dos días después, este martes, hubo un giro: en un comunicado de prensa, el Ministerio de Deportes anunció que « Se prefieren sanciones individuales firmes en lugar de sanciones colectivas: debemos concentrarnos más a corto plazo en las 70 a 80 personas que intentaron invadir el campo y pronunciar prohibiciones ejemplares lo antes posible para evitar nuevos excesos en los próximos partidos. . » Con estas palabras, el ex alcalde de Châteauroux Gil Avérous desautoriza públicamente a su primer colega en Francia, Bruno Retailleau, e intenta apagar un incendio que se ha extendido ampliamente contra su autor: poco después de las revelaciones deOeste de Francialos mensajes de apoyo a la Brigada del Loira se multiplicaron en la red y, he aquí, no sólo procedían de partidarios de Canarias, sino de grupos de toda Francia.
Cacofonía ministerial
De hecho, parece que el Ministro del Interior se ha apresurado un poco. A diferencia de grupos como Ferveur Parisienne (anteriormente conocido como Porte 411), disuelto en diciembre de 2022 por la ex primera ministra Elisabeth Borne y el predecesor de Retailleau, Gérald Darmanin, los Supras Auteuil o la Brigada Sud de Niza, víctimas de la gran purga del 28 de abril de 2010 realizado por Brice Hortefeux, la Brigada del Loira no está inscrita en el registro de asociaciones Ley 1901 (aunque un documento disponible en su sitio afirme lo contrario), sino como un “grupo de facto”, lo que significa, según el Ministerio de Deportes, que « la disolución necesariamente se llevaría a cabo durante mucho tiempo y los alborotadores siempre podrían ir al estadio ».
De ahí la idea de aplicar sanciones individuales, no colectivas. Si Gil Avérous pasa por Beaujoire durante su gira por los grandes estadios, podría aprovechar la oportunidad para reunirse con los representantes locales de la Asociación Nacional de Peñas (ANS). En este punto, las dos partes bien podrían estar de acuerdo.
El fin justifica los medios.
Mientras tanto, no tiene sentido negarlo: por su carácter brutal y espontáneo, y acentuado por el efecto multitud y el aspecto intimidante de las capuchas que lucen algunos seguidores, las imágenes podrían haber sido impactantes. Esto no significa, sin embargo, que debamos tomarlas al pie de la letra, ni hablar de “ pseudo-partidarios », alegando que en la Tribuna del Loira el FC Nantes es animado con más virulencia que en las elecciones presidenciales y que el enfado hacia la dirección, considerada responsable de un proyecto deportivo inestable y de unos resultados poco alentadores, es allí más abiertamente visible.
En definitiva, incluso si sus medios de acción parecen menos diplomáticos, reducir a la Brigada del Loira, y más en general a los ultras, a matones sedientos de violencia gratuita sería tan estúpido como exigir automáticamente la disolución de un grupo que él mueve en un contexto específico en el corazón de un estadio de fútbol que, nos guste o no, no pertenece exclusivamente a los espectadores consumidores. El BL ya lo ha demostrado en el pasado y también sabe invertir de forma constructiva en los combates que conciernen a todos los aficionados del Nantes. Un solo ejemplo: el del Yello Park, cuyo proyecto fue oficialmente enterrado en 2019, atestigua el profundo trabajo que el grupo demostró, hasta que la historia le dio la razón, así como todas las peñas que lucharon contra la moda del Un nuevo estadio en Nantes. Nos guste o no, el fútbol necesita un contrapoder en sus gradas, un picor que le dé una voz distinta a la de los órganos de gobierno. Al fin y al cabo, éste es el principio mismo de un deporte de equipo.
El Ministerio del Interior quiere disolver la Brigada del Loira del FC Nantes