Es excepcional. A mediados de enero, en el Open de Australia, Andy Murray estará en el box de Novak Djokovic. Los dos hombres hicieron oficial el inicio de su colaboración el fin de semana pasado. La unión comienza con la preparación para la próxima temporada y se prolonga hasta el final de la primera ronda del Grand Slam de 2025. Si bien poco se sabe de momento sobre la que probablemente sea la asociación entrenador/jugador más intrigante de la historia del tenis, Hay que apostar que fue “Nole” quien persiguió a “Sir Andy”.
Desde el verano pasado, Murray disfrutaba de la vida de un joven deportista retirado de 37 años: había vuelto al golf con asiduidad, a sesiones de gimnasio sin verse mal y disfrutaba de sus hijos. “Me siento realmente libre y tengo mucho tiempo para hacer lo que quiero”, resumió en la “BBC” a principios de septiembre. Esperaba que me resultara difícil retirarme, perderme el tenis y querer volver a las canchas. Pero hasta ahora ha sido todo lo contrario de lo que pensaba”.
Improbable pero cierto, se dispone a hacer de nuevo las maletas rumbo a las Antípodas y embarcarse con un amigo al que su destino siempre ha estado ligado. Nacidos con una semana de diferencia en 1987, los dos se enfrentaron por primera vez cuando tenían 11 años. En 2001, Murray goleó (6-0, 6-1) al joven Novak durante los Petits As en Francia. Diez años después, se encontraron en la final de un Grand Slam (Melbourne). Serán siete en total, y treinta y seis (!) presenciales. Una rivalidad histórica.
Quizás Murray ya no soportaba más estar en casa. O que la propuesta de Djokovic era simplemente irrefutable. El escocés no está para cambiar el revés del serbio. No a su edad (37). Está ahí para aportar su ojo experto y su conocimiento de los intercambios a un veterano en busca de soluciones frente a un base joven (Sinner y Alcaraz) que tomó el poder y ganó todos los Grand Slams esta temporada. “Nole”, que no ha ganado ningún torneo en 2024 aparte del oro en los Juegos Olímpicos, se quedó sin ideas.
En su carrera, a Djokovic siempre le ha gustado rodearse de campeones de su deporte (Agassi, Becker, Ivanisevic). Porque estos perfiles saben exactamente cómo se siente ante un punto de quiebre. La fórmula dio sus frutos hasta convertirse en el mejor jugador de la historia con 24 Grand Slams. Después de Federer (43), Nadal (38) también acaba de retirarse. El “Djoker” esperó sabiamente el anuncio de su gran rival para hacer el suyo. Se dio los medios para reinventarse por última vez. Y es simplemente genial.