La Unión Ciclista Internacional (UCI) pidió este martes a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que “tome una posición” sobre la inhalación de monóxido de carbono, una técnica legal pero controvertida utilizada por ciclistas como Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard.
“La UCI pide claramente a los equipos y corredores que no recurran a la inhalación repetida de CO. Sólo podría ser aceptable el uso médico de una única inhalación de CO en un entorno médico controlado. La UCI también pide oficialmente a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que se pronuncie sobre el uso de este método por parte de los deportistas”, indicó el organismo en un comunicado de prensa tras un seminario que reunió a las diferentes familias del ciclismo durante dos días en Niza. .
El uso de este gas potencialmente letal por parte de al menos tres equipos ciclistas fue revelado el pasado verano durante el Tour de Francia por el sitio especializado Escape colectivo.
Entre estos equipos se encuentran el Israel PT y el equipo de los Emiratos Árabes Unidos de Tadej Pogacar, ganador del Tour de Francia, y el Visma de Jonas Vingegaard, su subcampeón.
Cuestionados por la prensa durante el Tour de Francia, los dos campeones admitieron haber utilizado esta técnica para medir los beneficios del entrenamiento en altura.
“Es un dispositivo para probar cómo reacciona tu cuerpo a la altitud”, explicó Pogacar. Soplamos un globo durante un minuto para una prueba que debemos hacer con dos semanas de diferencia. Sólo hice la primera parte, porque para la segunda nunca vino la chica que debía hacerla. No es que respiremos eso todos los días”.
En sí mismo, el uso de este protocolo no es ilegal. Pero, en caso de uso repetido, su uso podría desviarse para crear hipoxia artificial creando artificialmente los efectos del esfuerzo en altura.
El Movimiento por un Ciclismo Creíble (MPCC), que reúne a varios equipos que defienden el objetivo del ciclismo limpio, expresó su preocupación a finales de octubre, “recomendando firmemente contra el uso de esta técnica… en espera de su prohibición” en vista de su “riesgo potencialmente mortal para la salud”.