Bajo el liderazgo de Roberto Martínez, Portugal concluye un año 2024 mixto. Con una plantilla repleta de algunos de los mejores talentos individuales del mundo, la Seleção registró nueve victorias, cuatro empates y tres derrotas en dieciséis partidos. A pesar de que las intenciones de juego son más ambiciosas que las de Fernando Santos, los resultados y la coherencia estratégica dejan a los aficionados con ganas de más.
Roberto Martínez, que llegó en enero de 2023 tras su dimisión de Bélgica, no logró conquistar al público portugués. Acusado de favorecer el estatus sobre el rendimiento, atrajo críticas similares a las que recibió con los Red Devils. “Favorece el CV en detrimento de la competencia”, declara Alexandre Carvalho, observador apasionado y fundador de los medios de comunicación. golaco_tv. Opciones como mantener a jugadores como Cristiano Ronaldo o João Cancelo, en detrimento de jóvenes talentos como Geovany Quenda, acentúan esta sensación de inmovilidad.
LA NUEVA GENERACIÓN ESTÁ ESPERANDO
A sus 17 años, Geovany Quenda, considerado una de las mayores promesas del fútbol portugués, no jugó ni un minuto con Martínez, al igual que Samu Costa o Pedro Gonçalves. Alexandre Carvalho destaca la falta de renovación de la plantilla: “No se ofrecen oportunidades a los nuevos talentos y las decisiones parecen desconectadas del desempeño real”. Esta observación recuerda las dificultades que encontró Martínez en Bélgica, donde una fallida transición generacional había marcado su mandato.
A pesar de estas críticas, Martínez buscó establecer un estilo más ambicioso con alta presión y posesión controlada. Si bien Portugal muestra una cara más atractiva contra oponentes modestos, todavía lucha contra las naciones grandes. Los fallos tácticos y la mala gestión de encuentros cruciales, como durante la última Eurocopa, donde la Seleção fue eliminada en cuartos de final, siguen siendo un obstáculo importante.
SIMILITUDES CON BÉLGICA
Al igual que en Bélgica, Martínez parece cómodo contra equipos de segunda categoría, pero tiene problemas en los momentos clave. La afición portuguesa, aunque un poco más paciente, empieza a percibir un “toque Martínez” que recuerda sus limitaciones en Bélgica: falta de regularidad, gestión confusa de los jugadores y decisiones tácticas a veces controvertidas.
A pesar de todo, Portugal tiene una reserva de talento impresionante y sigue siendo un serio outsider para el Mundial de 2026. Roberto Martínez tendrá que aprender de los errores del pasado y explotar plenamente el potencial de su equipo para escribir su nombre en la historia de la Seleção. Sin embargo, sin una verdadera transición generacional y sin resultados convincentes, su mandato podría seguir el mismo camino que el de los Red Devils.