En el vestuario canadiense, David Savard no es sólo un defensor. Es un ancla, una guía, una presencia tranquilizadora para los jóvenes que intentan orientarse en un equipo en proceso de reconstrucción.
Esta noche, mientras Montreal cruza espadas con los Columbus Blue Jackets, la historia parece estar dando un giro extraño.
Otro querido veterano de esta familia, Sean Monahan, regresa a Montreal, pero esta vez con el uniforme del oponente.
Monahan, en apenas unos meses con el canadiense, había logrado forjar fuertes vínculos con los jóvenes, sirviéndoles de mentor en el hielo y en la vida.
Hoy, los Blue Jackets cuentan con él para llenar el enorme vacío dejado por la trágica pérdida de Johnny Gaudreau, su mejor amigo, con quien se suponía que debía reencontrarse en Columbus.
Pero para los jóvenes de CH, este regreso es un doloroso recordatorio: perder a un “hermano mayor” deja su huella.
Y ahora David Savard, uno de los últimos pilares de experiencia en el vestuario, podría ser el próximo en marcharse.
Con el canadiense en último lugar en la NHL y una reconstrucción que se prolonga, la idea de intercambiar Savard por activos futuros está comenzando a afianzarse.
Esta mañana, antes del partido, Savard volvió a demostrar por qué es tan respetado en este vestuario:
“Creo que estamos jugando cada vez mejor en defensa, pero aquí tenemos que concentrarnos en crear un poco más de oportunidades. Tenemos que encontrar ese equilibrio entre quizás tomar un poco más de riesgos, realizar más tiros, más jugadas para crear más goles y oportunidades sin molestar a nuestra defensa. »
Ésta es la esencia de Savard: una voz tranquila, un líder que siempre habla en términos de equipo, de progreso colectivo.
¿Pero qué pasará si esta voz desaparece?
Sería un vacío emocional y estratégico difícil de llenar, especialmente para jugadores jóvenes como Lane Hutson.
Esta mañana, Savard no dejó de destacar el carácter del joven defensa:
“No siempre le sale 100% bien a Lane, pero parece que siempre encuentra la manera. […] Se nota el carácter de chico que tiene. »
Palabras sencillas, pero que dicen mucho sobre la influencia de Savard.
Para estos jóvenes es más que un compañero de equipo; él es un modelo. Una figura paterna en este vestuario donde la inestabilidad se ha convertido en norma.
Y si se fuera, sería una prueba brutal para esta “familia”.
Los jóvenes tendrán que hacerse cargo, no porque estén preparados, sino porque no tendrán otra opción.
Sean Monahan dejó una impresión duradera en Montreal y esta noche su regreso recordará a los jóvenes lo que perdieron en él.
Si David Savard se fuera a su vez, sería otro golpe, no sólo para el rendimiento sobre el hielo, sino para la identidad de este equipo.
Los hermanos mayores están desapareciendo poco a poco y la CH parece destinada a tener una sola solución: que sus jóvenes encuentren su propio camino.
David Savard, todavía fiel a su papel, parece dispuesto a marcharse si puede ayudar al equipo a largo plazo.
Pero el agujero que dejará en esta “familia” será profundo.
Y esta noche, contra Columbus, cuando otro ex hermano regresa a casa, la fragilidad de esa transición es más evidente que nunca.
Amén !