La posible dimisión de Nora Acahbar, Secretaria de Estado de Finanzas, hunde al Gobierno holandés en una situación crítica. De confirmarse, esta decisión podría provocar la retirada del partido NSC de la coalición, poniendo en riesgo la mayoría parlamentaria. Con sus 20 escaños, el NSC desempeña un papel clave en la frágil estabilidad de la coalición encabezada por el primer ministro Dick Schoof. Los miembros del partido se reúnen para decidir su posición, mientras circulan rumores de posibles dimisiones adicionales. Esta crisis podría provocar la caída del gobierno, obligando al país a considerar elecciones anticipadas.
Tensiones en torno a comentarios considerados racistas
Numerosos periodistas estuvieron presentes el viernes por la noche frente a la residencia oficial del primer ministro Dick Schoof, donde se celebra la reunión, porque una crisis de este tipo podría provocar la caída del gobierno. El origen de esta crisis se remonta a las declaraciones realizadas por Geert Wilders, líder del PVV, partido de extrema derecha, durante un Consejo de Ministros. Atribuyó la violencia que se produjo en Ámsterdam después de un partido de fútbol a “musulmanes” y “marroquíes”.
Estas declaraciones, percibidas como racistas por Nora Achahbar, provocaron un gran descontento. La secretaria de Estado expresó su desacuerdo con algunos colegas, denunciando posiciones que considera incompatibles con los valores de su partido, el NSC, centrado en la integridad y la lucha contra la corrupción. Las tensiones internas ilustran las dificultades de convivencia dentro de esta coalición heterogénea.
Un contexto de creciente polarización en Europa
La violencia en Amsterdam es parte de un clima europeo marcado por un aumento de actos antisemitas, antiisraelíes e islamófobos. El incidente tuvo lugar tras un partido de la Europa League entre el Ajax de Ámsterdam y el Maccabi Tel Aviv, durante el cual los aficionados israelíes fueron atacados. Estos hechos se producen en un contexto de polarización exacerbada por el conflicto entre Israel y Hamás. Ante estos actos, el Primer Ministro prometió medidas radicales para combatir el antisemitismo, pero las divisiones internas corren el riesgo de complicar su aplicación.
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