El Tejón siempre muerde. A sus 70 años, Bernard Hinault no es de los que sienten el peso de los años. Y quejarse de ello. “Mientras no tengas ningún problema de salud… ¡Es una broma! »espetó con una sonrisa mayúscula. El Costarricense, visitando la redacción de Oeste de Francia Recientemente, con motivo de su cumpleaños, apagó sus velas, este jueves 14 de noviembre, con la energía que (casi) siempre le hemos conocido. “Me hice pruebas cardíacas y estoy al 175% respecto al promedio para mi edad… Entonces sí, ¡el motor está bien! »se ríe. En esta entrevista donde se trata del paso del tiempo, el bretón habla de la muerte, del fin de la vida y de su dolor al ver sufrir a la gente mientras“podríamos parar ahora mismo”.
Bernard Hinault, antes de hablar de su 70 cumpleaños. ¿Cuál es tu recuerdo de infancia?
Yo era un luchador. Todos los días, cuando volvía a casa de la escuela, tenía que haber una pelea detrás de la iglesia. Este puede ser el comienzo de mi carrera. Siempre tenía que haber algo delante de mí para poder seguir adelante. Tuve padres que me amaban, que me decían: “Si quieres practicar deportes, te las arreglas”. Quieres algo, vas a buscarlo y trabajas. Hasta los 14 años practiqué cross country en invierno, atletismo y luego ciclismo como mi primo. La primera carrera que hice se lo dije a mi madre por la mañana: “Te traeré un ramo”. Y mi madre me respondió: “Eres un chico inocente”. Y luego, cuando llegué a casa, tenía un ramo… Andar en bicicleta, para mí, era un placer.
Después, rápidamente te conviertes en una esperanza del ciclismo francés…
Siempre quise jugar. El ciclismo nunca ha sido una carrera para mí. Quería divertirme. Cuando llego a Gante-Wevelgem, la primera carrera importante que gano, tengo compañeros que me dicen: “Está bien, no estamos en muy buena forma, haz lo que quieras”. Me encuentro al frente y buscaré la victoria. Y a partir de ahí te dices a ti mismo: “Después de todo no está tan mal, tal vez podríamos hacerlo un poco mejor”. Y cuatro días después, ganas Lieja-Bastoña-Lieja. Y ahí comienza. Realmente están empezando a ser grandes momentos. Continúas con el Dauphiné, la progresión, la planificación con Cyrille Guimard para el Tour de Francia de 1978, estaba apagado…
“No podía verme el culo en una oficina”
Y la leyenda tomó forma…
Pero ¿qué significa convertirse en leyenda? No te importa en absoluto… Tú, estás ahí para divertirte, estás ahí para correr, para ganar. Y son cosas muy distintas cada vez, historias nuevas. Pues bien, en Lieja-Bastogne-Lieja, Cyrille Guimard (su director deportivo) me dijo: “Quítate el impermeable”. Yo dije: “Idiota.” ¿Has visto el frío que hace? » Pero cuando tienes frío, ¿qué haces? Montas, calientas. Como ya estaba en buenas condiciones físicas, me fui y listo… Los demás no volvieron. Aún quedaban 80 kilómetros. El campeonato mundial de 1980,…