El ex entrenador de los Canadiens, Michel Therrien, lanzó un auténtico bombazo mediático en TVA Sports al afirmar que Jeff Gorton, vicepresidente de operaciones de hockey de los Montreal Canadiens, se iría alejando poco a poco del dúo formado por Kent Hughes y Martin St. Luis.
Según Therrien, se dice que Gorton está exasperado por la forma en que van las cosas dentro de la organización, con un enfoque considerado demasiado “pro-jugador” que, en su opinión, afecta el rendimiento y la disciplina del equipo.
Al inicio de la temporada, el canadiense mostró un panorama desolador: 29º en la clasificación general de la Liga Nacional, con un diferencial de goles de -18, el más bajo del circuito.
Gorton, quien tomó las riendas del equipo hace casi tres años, llegó con la ambición de darle un giro a la franquicia y construir un equipo competitivo a largo plazo.
Pero hoy los resultados no están ahí y el vicepresidente ya no oculta su enfado.
Para Michel Therrien, el problema se debe en gran medida a la filosofía de Kent Hughes y Martin St-Louis, que priorizan un enfoque amigable para los jugadores.
“Si nos fijamos en el resto, son personas que son “jugadores profesionales””, declaró Therrien durante su aparición en el programa de Jean-Charles Lajoie en TVA Sports.
Un ex agente (Kent Hughes) defenderá a los jugadores. Es normal, es parte de su trabajo. El entrenador (Martin St-Louis) es un ex jugador, por lo que algunos entrenadores no deben haberle gustado, y probablemente entrena como le gusta que lo entrenen.
Therrien sostiene que, como ex agente, Hughes naturalmente tendería a defender a sus jugadores, lo que podría frenar algunas decisiones más duras pero necesarias.
En cuanto a Martin St-Louis, exjugador, parece preferir un estilo de gestión empático, influido por las experiencias vividas durante su carrera.
Para Therrien, esto crea un entorno en el que los jugadores no reciben los desafíos suficientes, lo que puede perjudicar el desarrollo del equipo.
Esta frustración, si se demuestra, podría señalar un punto de inflexión para Jeff Gorton, un hombre conocido por su deseo de establecer una cultura de disciplina y exigencias.
Al llegar a Montreal con la intención de reconstruir sólidamente, Gorton tal vez vio su proyecto diluido en compromisos que consideraba demasiado “blandos”.
Su paciencia parece estar llegando a su límite y la idea de recuperar un control más directo de las operaciones del hockey bien podría germinar.
Therrien añade una visión inquietante al especificar que a Gorton no le gusta lo que ve, especialmente con la experiencia que ha adquirido a lo largo de su carrera.
Este último, acostumbrado a organizaciones exigentes, podría plantearse poner fin a este entorno pro-jugador si considera que el crecimiento del equipo se ve afectado.
Y esto implica automáticamente el despido de Martin St-Louis. Porque Gorton no querrá despedir a su novio Kent Hughes.
Si bien la base de los Canadiens sigue siendo una cuestión abierta y se deben tomar decisiones cruciales, el futuro de este trío ejecutivo está en juego.
Therrien sugiere la posibilidad de que Jeff Gorton imponga pronto su visión, una visión menos permisiva y más orientada al rigor, la severidad y los resultados concretos.
“Esta es la realidad a la que nos enfrentamos en este momento. Está claro que a Jeff Gorton no le gusta cómo ve las cosas, especialmente con la experiencia que tiene”.
Para los aficionados del CH, estas revelaciones generan preocupación sobre la dirección futura del equipo.
Pero el que está más preocupado esta tarde es Martin St-Louis.
Mientras los canadienses siguen teniendo malos resultados, Martin St-Louis ve poco a poco que el suelo se le escapa bajo los pies.
El técnico, que trajo un soplo de esperanza y una nueva visión a su llegada, hoy se encuentra ante una realidad despiadada: su equipo no sólo ya no progresa, sino que parece estar retrocediendo.
En un clima de reconstrucción, donde los resultados inmediatos no eran la prioridad, St-Louis todavía podía tener el argumento de que el proceso estaba avanzando. Pero los resultados recientes hacen que este argumento sea cada vez menos sostenible.
Las estadísticas hablan por sí solas: en el puesto 29 de la liga, los Canadiens tienen el peor diferencial de goles de la NHL con -18.
Estas cifras no mienten y son el reflejo de un equipo en dificultades que lucha por seguir las directivas de su entrenador.
Las críticas se multiplican y otros medios ya no dudan en expresar sus dudas sobre la capacidad del St-Louis para llevar a este equipo a días mejores.
Michel Therrien no está solo en esta ofensiva mediática; Varios analistas, expertos y periodistas cuestionan el futuro de St-Louis al frente de los Habs.
Martin St-Louis se enfrenta a una tormenta creciente: la paciencia de Jeff Gorton parece agotarse y las críticas se vuelven cada vez más mordaces.
En un entorno tan exigente como Montreal, donde cada decisión es analizada y cada paso en falso amplificado, el más mínimo signo de debilidad puede convertirse rápidamente en una fuente de presión adicional.
Los medios de comunicación, habitualmente más indulgentes al inicio de la temporada, parecen ahora darle la espalda en cuanto a sus elecciones y su gestión amable.
Al ser uno de los “muchachos” de la sala, St-Louis ha perdido credibilidad ante sus jugadores.
St-Louis está más aislado que nunca. ¿Qué pasaría si el entorno de jugador profesional que defendía fuera un arma de doble filo?
Hoy en día, es cada vez más evidente que este enfoque, demasiado blando para algunos, podría ser visto como una debilidad por Gorton, los medios e incluso sus seguidores.
Sólo Kent Hughes, un ex agente, parece cómodo tratando a los jugadores con algodón.
Para Martin St-Louis, ya no se trata de defender buenas intenciones; Pronto tendrá que demostrar, sobre el hielo, que su proyecto realmente puede dar frutos; de lo contrario, su futuro con los Canadiens se arruinará.
Martin St-Louis se encuentra en problemas donde sus soportes parecen derretirse como nieve al sol.
Según Therrien, incluso Gorton simplemente se rindió con él.
Le toca al St-Louis levantar la cabeza… y dejar de halagar a sus jugadores.