Joel Armia crea el malestar de la semana: traiciona a sus compañeros

-

Joel Armia, uno de los jugadores más enigmáticos de los Canadiens, parece haber encontrado una nueva forma de justificar su decepcionante producción ofensiva: señalando discretamente con el dedo a sus compañeros.

En un discurso que debería haberse centrado en su propio desempeño, Armia deslizó comentarios que, para muchos, parecieron arrojar a sus compañeros debajo del autobús.

Al intentar explicar sus dificultades a nivel ofensivo, no dejó de señalar que la pregunta podría aplicarse también a todos los jugadores del equipo. Ay.

“Aún necesito trabajar en varios aspectos de mi juego”el ejército reconocido.

“Por supuesto que me gustaría tener más puntos y más goles… Pero podríamos hacer la misma pregunta a todos los presentes y todos responderían lo mismo: todos quieren hacer más”.

Una observación que podría haber pasado desapercibida, pero que extrañamente resuena como una forma indirecta de compartir la culpa con sus compañeros.

El problema es que esta afirmación proviene de un jugador cuya inconsistencia en el hielo y su desempeño minimalista a menudo han dejado a los fanáticos y a la organización en constante ira.

A pesar de las esperanzas de renovación anunciadas al final de la temporada pasada, Armia ha mostrado hasta ahora una modesta producción de 6 puntos en 13 partidos, lo que deja dudas sobre su capacidad para alcanzar el nivel de sus ambiciones.

Y aunque su último gol pareció animarle, el delantero de 31 años sigue lejos de la versión de sí mismo que prometió encarnar.

Según él mismo admite, espera que el partido del martes sea “el que le vuelva a encaminar desde el punto de vista ofensivo”. »

Lo que amplifica la inquietud es que sus comentarios sugieren una mentalidad perdedora, en la que colocamos parte de la responsabilidad en todo el equipo en lugar de mostrar una introspección personal.

La estrategia de Armia parece clara: ¿por qué ser el único en asumir la responsabilidad de los fracasos cuando otros también tienen dificultades para desempeñarse?

Pero este enfoque sólo pone de relieve una realidad incómoda. En un vestuario donde la mentalidad ganadora debería primar, los comentarios de Armia parecen ser una forma de desviar la atención de sus propios defectos.

El entrenador Martin St-Louis intentó tranquilizar a su jugador aconsejándole que “juegue a su manera”, una instrucción que, sin embargo, parece lejos de ser suficiente para transformar a Armia en un activo destacado en ataque.

Más allá de los consejos y las conversaciones con el cuerpo técnico, la responsabilidad de cambiar las cosas recae en última instancia en Armia, especialmente en una temporada crucial en la que su contrato está llegando a su fin.

La salida de Armia deja un sabor amargo. En lugar de predicar con el ejemplo y cargar con el peso de sus propias actuaciones, optó por compartir la carga con sus compañeros, actitud que denota una mentalidad alejada de la de un líder o de un jugador dispuesto a asumir retos.

Para un jugador que busca redención y renovación, esta salida solo destacó la brecha entre las ambiciones declaradas y las acciones sobre el hielo.

Este vestuario está plagado de una mentalidad de perdedor. Joel Armia nos lo acaba de demostrar al cien por cien.

-

PREV El canadiense | Cuando Christian Dvorak intenta recuperarse
NEXT AHL: el calendario más ligero de octubre fue rentable para el Rocket