La decisión de Kent Hughes de rechazar un intercambio por Jesperi Kotkaniemi, incluida una selección de primera ronda, bien podría convertirse en uno de los errores de gestión más controvertidos de su mandato.
Los medios de Carolina dijeron que los Hurricanes estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para deshacerse del fuerte contrato de Kotkaniemi, incluso hasta el punto de incluir una compensación significativa para aligerar su nómina en la última fecha límite de cambios y durante el draft.
Los huracanes de Carolina se encontraban en una tormenta real, y en el centro estaba Jesperi Kotkaniemi.
Con un contrato exorbitante de 4,82 millones de dólares al año hasta 2030, Kotkaniemi, un ex prospecto canadiense, ahora era visto como una pesada carga para la organización Hurricanes.
Se había convertido en el delantero número 13 del equipo, y abundaban los rumores de que el gerente general de los Hurricanes, Don Waddell, estaba dispuesto a incluir una selección de primera ronda para aligerar su nómina y quitarle esta papa caliente en la fecha final.
Su sucesor, Erick Tulsky, intentó lo mismo durante el último draft.
En esta saga, todas las miradas están puestas en Kent Hughes, el director general de los Montreal Canadiens. La idea de traer a Kotkaniemi de regreso a Montreal, como tercer pívot detrás de Nick Suzuki y Kirby Dach, dividió a los fanáticos y encendió discusiones.
Por un lado, están aquellos que vieron un potencial sin explotar en KK, un jugador que, con el entrenamiento adecuado, podría volver a convertirse en el pívot talentoso que esperábamos ver surgir en Montreal.
Por otro lado, el temor a un retorno costoso y poco rentable para los canadienses, que tendrían que asumir un contrato pesado hasta 2030, generó gran preocupación.
Kent Hughes no mordió. Debería haberlo hecho.
La presión aumentaba y Don Waddell exploró desesperadamente todas las soluciones para deshacerse de este vergonzoso contrato. Su tentadora oferta incluía una selección de primera ronda (finales de la primera ronda), e incluso estaba dispuesto a agregar otras piezas para tentar a los equipos reacios.
Para Hughes, la idea de traer de vuelta a Kotkaniemi no podía tomarse a la ligera. Sin duda recordó la adquisición de Sean Monahan, quien le había costado a los Calgary Flames una selección de primera ronda.
En el caso de Kotkaniemi, una simple selección de primera ronda parecía lejos de ser suficiente ya que a Monahan solo le quedaba una temporada en su contrato.
La oferta de Waddell parecía una verdadera apuesta, un intento audaz de convencer a un equipo (tal vez incluso a Montreal) de aceptar la apuesta.
Hughes consideró que incluso con una selección de primera ronda, y posiblemente un joven prospecto B como respaldo, los riesgos financieros y deportivos seguían siendo demasiado altos.
La posibilidad de que Kotkaniemi regresara a Montreal excitó la imaginación de los aficionados. Semejante regreso habría sido un acontecimiento único, casi de Hollywood.
Hughes dictaminó que Kotkaniemi no podía alcanzar el nivel esperado de un jugador seleccionado en tercer lugar en el draft de 2018.
Como muchos otros directores generales, decidió pasar su turno. Pero hoy, al ver a Kotkaniemi desempeñarse brillantemente como centro productivo en Carolina, uno sólo puede cuestionar esa decisión.
Con siete puntos en nueve partidos esta temporada y un juego maduro en ambos lados del hielo, Kotkaniemi está demostrando que es más que una simple “papa caliente” contractual.
Lejos de ser ese jugador todavía en busca de identidad, se ha convertido en un pívot sólido y productivo, aportando exactamente el tipo de aporte ofensivo y defensivo que el canadiense necesitaría en este momento.
En una alineación donde CH está luchando por encontrar profundidad real en el centro, Kotkaniemi podría haber sido la solución ideal para estabilizar los dos primeros tríos.
Esta negativa de Hughes se basa en razones obvias: el contrato de Kotkaniemi, considerado demasiado pesado para un jugador cuya producción y consistencia parecían inciertas en ese momento.
Sin embargo, al rechazar la oferta de los Hurricanes, Hughes no sólo descartó a un jugador que todavía tenía un potencial de desarrollo significativo, sino que también perdió la oportunidad de agregar una selección de primera ronda que podría haber fortalecido el proceso de reconstrucción.
El escenario actual muestra una realidad muy distinta a la que imaginaba Hughes. Kotkaniemi, en pleno apogeo en Carolina, habría ofrecido una valiosa estabilidad como centro para el CH, especialmente después de que Kirby Dach se quitara la vida.
Su desempeño actual debe hacer sudar frío a Hughes, quien parecía ver a Kotkaniemi como una carga más que como una oportunidad.
Hay que admitir que varios directores generales rechazaron esta oferta, pero la CH debería haberla aprovechado.
En esta fase, una gestión financiera prudente, aunque necesaria, privó a los Montreal Canadiens de un jugador que podría haber jugado como segundo pívot.
Mientras los fanáticos de CH ven brillar a Kotkaniemi desde lejos, no podemos evitar pensar que Hughes, al optar por darle la espalda a esta oferta, perdió mucho más de lo que pensaba.
Kent Hughes está perdiendo plumas. Completamente desplumado… comienza a tostarse en el calor de Montreal.