Desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, las autoridades ucranianas han abierto 43 investigaciones penales sobre 113 presuntas ejecuciones arbitrarias. Pero en las últimas semanas el número de actos de este tipo ha aumentado drásticamente. Las autoridades han informado de alrededor de 40 muertes, incluido lo que consideran los peores actos de este tipo hasta la fecha: 16 soldados ucranianos asesinados a tiros cerca de la ciudad de Pokrovsk, en la provincia de Donetsk, el 30 de septiembre, justo después de su rendición.
La matanza de prisioneros de guerra está prohibida por los Convenios de Ginebra y constituiría un crimen de guerra si se probara. Los funcionarios rusos niegan que sus fuerzas estén involucradas en actividades ilegales. El Washington Post nos cuenta más.
Para verificar si los asesinatos tuvieron lugar, los funcionarios ucranianos utilizan imágenes y vídeos publicados en Internet, o conversaciones telefónicas con soldados rusos que describen los hechos. De hecho, en abril de 2023, un vídeo que circulaba en los canales de Telegram en ruso parecía mostrar a las fuerzas rusas decapitando a un soldado ucraniano. “Estos no son casos aislados, sino una política deliberada, no sólo tolerada sino alentada por los dirigentes militares y políticos rusos”, según la Fiscalía General de Ucrania.
De hecho, los dieciséis soldados ucranianos asesinados a tiros cerca de la localidad de Pokrovsk no son los únicos mencionados por el Fiscal General, que describe otro hecho ocurrido en octubre de 2024, cuando las fuerzas rusas capturaron y mataron a tiros a cuatro miembros de la guardia nacional cerca de Selydove. (óblast de Donetsk). La semana pasada, el Fiscal General anunció que estaba investigando otro caso cerca de Pokrovsk, donde tropas rusas obligaron a dos soldados ucranianos a acostarse y les dispararon “a quemarropa con armas automáticas”.
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