Las ventanas de fichajes se suceden y todas son iguales en el Chelsea. Un año después de haberse gastado más de 400 millones de euros en reconstruir su plantilla –con los fichajes de Moisés Caicedo, Roméo Lavia, Christopher Nkunku, Cole Palmer y Nicolas Jackson–, los blues han vuelto a poner en marcha la máquina de hacer dinero durante el verano. João Félix, Pedro Neto y otros como Marc Guiu se han sumado a una plantilla ya de por sí abarrotada de fichajes, con el objetivo de volver a la Champions.
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Desacuerdos sobre la ventana de transferencias
Esta es la ambición declarada de los propietarios, que no pueden conformarse con el sexto puesto obtenido la temporada pasada. Si hay cambios entre los jugadores pero también en el banquillo, con el nombramiento de Enzo Maresca, ex asistente de Pep Guardiola, en sustitución de Mauricio Pochettino, podría darse un nuevo giro también a nivel de accionistas del club.
Según varios medios de comunicación, incluido Bloomberg, el actual presidente Todd Boehly está pensando en dimitir y vender sus acciones. El accionista mayoritario del Chelsea, la firma de inversiones Clearlake Capital, posee actualmente el 61,54%, mientras que el 38,46% restante se lo reparten tres empresarios: Todd Boehly, Mark Walter y Hansjorg Wyss. Clearlake Capital, cuyo cofundador, Behdad Eghbali, no tiene buenas relaciones con Boehly, podría comprar las acciones de este último.
Se dice que Boehly, quien también es dueño de los Dodgers de Los Ángeles a través del consorcio Guggenheim Baseball Management, tiene desacuerdos con los otros propietarios sobre la gestión del reclutamiento y la política deportiva del Chelsea.
Artículo original publicado en RMC Sport
