ÁNIMO – El capitán y el vicecapitán, como su Eurocopa, se hundieron el viernes por la noche ante Italia (1-3). Preocupante.
« Lo que la gente piense es la menor de mis preocupaciones. . » Kylian Mbappé tiene derecho a pensar y a decirlo. Nosotros también tenemos derecho, es nuestro trabajo, a escribir que lleva demasiado tiempo vagando como un alma en pena por el campo de juego con la selección francesa para un jugador de su calibre. Lo mismo ocurre con Antoine Griezmann. Ya sea en la Eurocopa, donde quedaron totalmente carbonizados –la plantilla se dio cuenta rápidamente pero intentó salvar las apariencias– tras una temporada agotadora, o el viernes por la noche contra Italia (1-3), el capitán y vicecapitán de los Blues están teniendo un rendimiento pobre con la camiseta tricolor.
Estos dos jugadores, que ahora son los dos líderes del colectivo y del vestuario francés con la reciente marcha de Olivier Giroud, tras las salidas más lejanas de Hugo Lloris y Raphaël Varane, ya no avanzan. Sus piernas no siguen el ritmo y sus cabezas parecen pesar una tonelada.
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