Investigación
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Un estudio realizado por el hematólogo David Smadja muestra que esta forma de la enfermedad, un verdadero dolor de cabeza para el mundo médico, tiene su origen en la alteración de los vasos sanguíneos.
“No hay un Covid largo sino un Covid largo”. David Smadja es profesor de hematología en la Universidad Paris-Cité y en el Hospital Georges-Pompidou. Desde la epidemia de Covid-19, ha seguido a 137 pacientes que padecen un Covid prolongado, es decir, que todavía presentan síntomas más de tres meses después de la infección por el coronavirus. «En nuestro último estudio [parue dans la revue Angiogenesis, le 20 décembre, ndlr], Hemos identificado un marcador sanguíneo específico para pacientes que padecen fatiga crónica. Este marcador es diferente al que nosotros identificado el año pasado en pacientes con síntomas respiratorios”explica el investigador.
En pacientes que padecen fatiga crónica, los médicos han notado un aumento en las células endoteliales circulantes. Estas son las células que forman el interior de la pared de los vasos sanguíneos. Si muchos de ellos se encuentran libres en la sangre, esto significa que los vasos están dañados en alguna parte. “Este es un signo que se encuentra en niños con hipertensión arterial pulmonar. En su caso, suele ser la arteria pulmonar la que se ve afectada.
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