Una historia digna de un thriller de terror. El 22 de enero, Patrick O’Hara, analista medioambiental de 72 años, respondió favorablemente a la petición de una enfermera a domicilio para realizarle su refuerzo de vacuna contra el Covid-19. Pero su vida “cambió completamente ese día”. “Recuerdo que cuando me perforaron el brazo sentí un dolor instantáneo e insoportable. Nunca había sentido algo tan doloroso en mi vida. Inmediatamente pensé que algo andaba mal”, dijo ante el tribunal de Newcastle, informa el “Daily Mail”.
Al día siguiente, el hombre sufrió un fuerte dolor en el brazo. Este último estaba cubierto de quemaduras, ampollas y comenzaba a decolorarse en algunos lugares. Patrick O’Hara fue hospitalizado y los médicos le diagnosticaron necrosis en el brazo izquierdo provocada por un insecto carnívoro. El septuagenario tuvo que pasar por varias operaciones y finalmente le amputaron el brazo, antes de pasar cinco largas semanas en cuidados intensivos. Al encontrarse grandes cantidades de arsénico y mercurio en su cuerpo, se abrió una investigación.
Envenenado por su yerno médico
Investigación que permitió rastrear hasta la famosa “enfermera” que le había administrado la inyección a Patrick O’Hara… o más bien al Dr. Thomas Kwan, hijo de su pareja, Jenny Leung. Este último llevaba años luchando por recuperar su lugar en el testamento de su madre. Estar en malos términos con su…
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