miEn 2016, durante su primera campaña presidencial, Donald Trump utilizó un eslogan que tocó la fibra sensible del electorado popular estadounidense: «¡Drene el pantano! » (“drenar el pantano”). La idea era denunciar a las élites y los lobbies que, en la sombra, gobernaban el país en beneficio de unos pocos, en detrimento del resto de la población.
Si bien el presidente electo tomará posesión el 20 de enero, la expresión casi ha desaparecido del vocabulario trumpiano. Legitimado por una sólida base electoral, el multimillonario ya ni siquiera pretende presentarse como heraldo de una América libre de corrupción y camarillas. El preocupante control que los magnates de la tecnología ejercen sobre el poder político es un ejemplo de ello. El período de transición con Joe Biden estuvo marcado por la multiplicación de casos de potenciales conflictos de intereses y el reparto de prebendas en beneficio de un puñado de líderes de Silicon Valley.
Entre ellos se pueden distinguir dos categorías. Aquellos que apuestan por Trump apoyando su campaña y que esperan recibir dividendos gracias a políticas favorables a sus negocios.
Y luego están las manifestaciones de última hora, de aquellos que, viendo que la marea está cambiando, juran lealtad al nuevo “jefe” de Estados Unidos para comprar su indulgencia. Dispuestos a negar los pocos principios que habían demostrado hasta entonces, se unieron descaradamente al bando vencedor. Entre ellos, Mark Zuckerberg: el jefe de Meta (Facebook, Instagram) acaba de anunciar una relajación sustancial de las reglas de moderación en sus redes sociales, satisfaciendo así a Donald Trump. Zuckerberg abre un bulevar hacia la posverdad en el peor momento, el de la llegada al poder de un hombre que la ha convertido en su seña de identidad.
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En cuanto a Jeff Bezos, fundador de Amazon y propietario de Correo de Washington, multiplica los gestos hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca para atraer sus favores. Meta y Amazon aportaron cada uno más de 1 millón de dólares (970.000 euros) para financiar la ceremonia de toma de posesión presidencial. Los negocios son los negocios.
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