Si los miembros de la asociación del club de fotografía Landi han adquirido la costumbre de reunirse todos los viernes por la noche en la Casa de las Artes y la Cultura, este 13 de diciembre les esperaba una sorpresa. El secreto había quedado bien guardado y sólo cuando llegaron a la habitación descubrieron al invitado del día, en la persona de Mathieu Rivrin.
Los ojos comenzaron a brillar, porque encontrarse con una luminaria así es una suerte. Y la historia es tanto más increíble cuanto que el artista no estaba predestinado en modo alguno a convertirse en fotógrafo profesional. “Para obtener un diploma de ingeniería en electrónica, fui a Grenoble durante 4 años. Allí, con una pequeña cámara compacta, comencé a fotografiar insectos y flores”, explica. Y aquí está el comienzo de una larga aventura que comenzó en 2010. “Cada regreso a Finisterre es una oportunidad para fotografiar el mar”: una cierta forma de curar la nostalgia cuando estamos en el mar.
Consejos valiosos para aplicar lo más rápido posible
Con el tiempo, empezó a disfrutar fotografiando fenómenos meteorológicos excepcionales. Y son también las fotografías tomadas durante la tormenta Justine, en febrero de 2021, las que lo revelarán al público en general. Ese día, a base de paciencia y nada menos que 4.000 imágenes tomadas de forma continua, el rostro de Poseidón apareció en una ola que se estrelló contra el puerto de Lesconil. “Otros lo vieron como un monstruo caribeño. Lo más importante es hacer funcionar la imaginación de la gente”, afirma el fotógrafo.
Los miembros se quedaron con algunos consejos que pueden aplicar para preparar las fotografías de su próxima exposición en junio de 2025, sobre el tema de las reflexiones. Porque para Mathieu Rivrin, “la finalidad de una imagen es ser impresa”.
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