El encuentro de las eras
Si el plan se parece al de una suite de hotel en invierno, para Le Cann se trata de integrar una auténtica cocina funcional, totalmente equipada para traer a un chef y organizar una cena en la terraza en los días de verano. “La terraza se concibió desde el principio como una continuación del apartamento, lo que nos guió hacia el material del suelo: la piedra de Hainaut, que recuerda el pavimento parisino en este formato cuadrado, pero con un nuevo giro…” Trabajado en bruto, con bordes romos para un acabado ligeramente empolvado y más cálido, amplía el espacio. En las paredes y techos, en el mismo espíritu, el conjunto de molduras que marcan el espacio están disponibles en un monocromo de pinturas y acabados en un beige que tiende al cardenillo cuando, en cuanto a las molduras y cornisas, es el mismo tono pero con una pintura satinada muy suave, que crea un contraste con un mismo tono. En el techo, una bóveda casi imperceptible a modo de casco de barco volcado crea un volumen cuyo efecto se refuerza con la iluminación y unifica el conjunto. Porque es la proeza del espacio principal al incluir varias funciones: entrada, dormitorio, sala de estar, área de oficina, todo en un plan que el propietario quería abierto pero cuyos usos están significados por el ritmo de las molduras y unidos por el bóveda delicadamente curvada.
Asociaciones, mezclas y contrastes
Los toques de espejos traen reflejos como otras tantas puntuaciones, desde la cocina hasta el baño y hasta los marcos de las ventanas que borran el límite interior-exterior. También existe este acero inoxidable que gusta especialmente al dúo en las rejillas de aire acondicionado con un patrón de perforaciones cuadradas que encontramos de un lugar a otro, desde las rejillas de los radiadores hasta las salidas de ventilación. “Un diseño cuadrado que recuerda al enrejado exterior, con un espíritu milanés, presente pero no demasiado para evitar el lado efectista”. En la cocina, un blanco puro ultralacado resalta el beige empolvado del resto del apartamento. “Lo interesante, en un interior que no es blanco, es introducirlo en contraste para dar un poco de vibración. » Una persiana romana de lino añade un toque parisino. Y aquí reside todo el encanto de este apartamento, que juega hábilmente con las asociaciones entre París y Milán, las curvas y los cuadrados, el Art Déco clásico revisitado y retorcido, el beige y el azul, la piedra, el terciopelo y la marquetería de paja… encanto lleno de contrastes controlados.
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