La liberación de los animales
Artículo reservado para suscriptores.
A finales de noviembre, la ciudad de Alto Marne acogió el mayor festival europeo de fotografía de la naturaleza, un arte difícil que el progreso de las cámaras ha democratizado y que se extiende desde la documentación naturalista hasta la pura representación estética.
Todos los artículos de Liberado de los animales, en los quioscos los días 24 y 25 de diciembre, se puede leer aquí.
Ni las primeras nieves ni el frío del Gran Este desaniman a los amantes de la naturaleza y de los animales en este día azul de noviembre. Sin embargo, hay que afrontar caminos resbaladizos y paisajes cubiertos de una fina capa de azúcar glas para llegar a Montier-en-Der, una pequeña ciudad de 2.000 habitantes en Alto Marne, que acoge cada año el mayor festival fotográfico de vida salvaje de Europa. “El Cannes de la fotografía de vida salvaje”, ¡Alabado sea el fiel! Con sombreros, zapatos grandes, trajes de camuflaje y cámaras al cuello, los naturófilos acuden a las carpas, a la iglesia abacial y a las ganaderías, navegando entre puestos humeantes de crepes, embutidos, miel y trufas. En el programa: conferencias, mesas redondas, exposiciones. Creado en 1996, el festival de Montier-en-Der es testigo de la popularidad de la fotografía de la naturaleza, un género fotográfico ligeramente diferente, que hoy se encuentra en plena renovación.
El entusiasmo por la imagen de los animales se extiende a todos los ámbitos. Lo medimos en el arte contemporáneo, por ejemplo, con el éxito de las sutiles fotografías del exbiólogo Jochen Lempert o en el mundo editorial con la colección “Birds” de Xavier Barral. Paolo Roversi y Sebastião Salgado firman los últimos trabajos con búhos
Art
France