El artista de Menton Christophe Ausello inauguró su propia galería de arte

El artista de Menton Christophe Ausello inauguró su propia galería de arte
El artista de Menton Christophe Ausello inauguró su propia galería de arte
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Cada entrada va acompañada de su cuota de sonrisas y abrazos. “¡Hola Mickaël!” “¿Estás bien Pierrette?” Hay que decir que la galería de arte inaugurada es una empresa familiar. Christophe Ausello, de 57 años, en el papel de diseñador, y su hijo Valentin, de 29 años, en el de agente y director de la empresa.

Situada en el 40 de la calle Partouneaux, la galería ve desfilar a los familiares de la familia, desde la tía abuela octogenaria hasta la prima de treinta años, pasando por amigos de la infancia del artista.

El interior no podría estar más cuidado, desde las paredes blancas como la nieve hasta la cuidada disposición de los productos relacionados: alfombrillas para ratón, cojines, tazas, postales, toallas de playa…

“La riqueza de su creatividad nos cautiva”

El olor a pintura nos recuerda la reciente mudanza. En total, se exponen 46 obras, con precios que oscilan entre los 350 euros para los cuadros de 18 por 14 centímetros y los 29.000 euros para los lienzos más grandes. Todas las obras de tamaño intermedio cuestan varios miles de euros.

“Ah, es Nice-Matin! Entonces, ¿tienes alguna novedad, noticia o información?”se ríe Christophe Ausello. Puede que haya abierto su propia galería de arte, pero se mantiene fiel a su personalidad tan colorida como sus obras. Estos últimos compiten en colores llamativos que varían según las épocas del artista.

Dibujadas con marcadores Molotow de un milímetro, estas pinturas son totalmente abstractas, aunque podemos percibir formas familiares en algunos lugares, aquí un ojo, allí lo que parece una mano.

“En las galerías la gente se cree dioses vivientes”

“Hay una profusión de imágenes en miniatura, como una especie de pixelación de personajes de una riqueza y variedad muy impresionante”analiza Alain, primo hermano de Christophe Ausello.

“Sus obras despiertan la mirada y plantean preguntas. La riqueza de su imaginación y creatividad cautiva a quienes observan las pinturas”. Es el caso de Mickaël, amigo del artista. “Cuando observo un cuadro de Christophe, descubro campos de inspiración que nos llevan a otros lugares, pueden llevarnos a diferentes energías y lugares, como si pudiéramos entrar en el universo de la obra. No lo expliques, puedes sentirlo. “

El propio artista puede dar fe de ello: “Hace unos días, una clase de escolares pasó frente a la galería. La maestra tuvo que gritarles a los niños para que avanzaran, porque todos quedaron atónitos ante el cuadro expuesto en el escaparate”.

El cincuentón no deja de puntualizar sus anécdotas insistiendo: “¡Es verdad lo que te estoy diciendo! ¡Es todo verdad!” Como si temiera que nadie le creyera.

Hay que decir que hay algo desconcertante en el reciente éxito de Christophe Ausello. Él, que hasta hace poco era un simple fontanero de la Riviera, que dibujaba en su tiempo libre desde los 7 años, ahora tiene la oportunidad de exponer sus cuadros en Nueva York, Tokio e incluso Abu Dabi.

Todo cambió cuando en 2018, Valentin inscribió una de las obras de su padre en el Open de Artistas de Mónaco, sin avisarle con antelación. Cuando Christophe Ausello ganó el primer premio, ante las narices de los otros 86 participantes, fue un verdadero clic. “Me di cuenta del talento fenomenal de mi padre”.

Poco a poco, germinó en la mente del hijo la idea de desarrollar la actividad del artista, hasta la apertura de esta galería. Mientras tanto, Christophe Ausello expuso algunos de sus cuadros en París a finales de agosto pasado. “La respuesta fue fenomenal. La gente se agolpaba alrededor de los cuadros y preguntaba si podían comprarlos. Se dio cuenta de que tenía que tomarse a sí mismo más en serio”.recuerda Valentín, vestido con el traje para la ocasión.

“Siempre he sido discreto con mis cuadros. Nunca imaginé que pudieran tocar a la gente”declara Christophe Ausello, con una copa de vino de mesa en la mano. Pero la presencia de una caja de fontanería, colocada con orgullo a la entrada de la galería, nos recuerda que el hombre no ha abandonado su profesión. “Amo mi trabajo y la relación con los clientes que implica. Es importante para mi equilibrio y nunca pararé”.

Proyectos solidarios

Esto demuestra cuán grande es la brecha cuando acude a exposiciones artísticas elegantes en Mónaco o París. “Una vez me dijeron que no hablara de mi trabajo como fontanero. Eso no me sienta bien. ¡En las galerías de arte, la gente piensa que son dioses vivientes!” Y el cincuentón cuenta que una vez un admirador quiso una dedicatoria.

“Le pregunté si le importaba que dibujara el dedo medio. Estaba asombrado y así lo hice”.dice riendo. Cuando cuenta una de sus anécdotas, Christophe Ausello no puede evitar levantarse y hacer grandes gestos con las manos, emocionado como un niño eterno.

¿Tiene sueños de grandeza? La pregunta le hace estallar en carcajadas. Claramente prefiere la sencillez a la fama y el dinero. Por otro lado, le interesa especialmente ayudar a los demás.

El diseñador ya ha participado en varios proyectos benéficos. Actualmente, espera vender una obra en beneficio de Les Protégés de Nathalie, un santuario de animales discapacitados en Menton. “Y acabamos de vender uno por 1.900 e para Sea Rescuers, subraya Valentín. La próxima vez, si el precio sube a 20.000€, ¡aún mejor!”

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