Podríamos haber confiado en globos multicolores volando en una lluvia de confeti crepitante. Habría sido festivo, pero indescriptiblemente banal. Preferimos presentar este número del siglo con un dibujo de François Schuiten cuyo contraste entre el negro profundo y la luminosidad de la escena nos impactó (no hay otra palabra) en el corazón. Schuiten, que no estaba previsto para este lugar (el proyecto de portada inicial era muy diferente), pero que destacó por esta creación original que fue aceptada por unanimidad en la redacción. Al igual que los demás ilustradores que tuvieron la amabilidad de participar en este número – Kroll, Geluck, duBus, Kanar, Jannin, Zep, Vincent Patar y Stéphane Aubier – François Schuiten accedió inmediatamente a regalarnos un dibujo, un homenaje a Moustique que celebra su 100 aniversario sin dolor muscular.
Con gran alegría y sin otra explicación que la de un cumpleaños que se celebrará en torno a un número redondo -tan redondo que constituye un acontecimiento en sí mismo-, el autor de Ciudades oscuras respondió positivamente a nuestra invitación. “No puedo negarme”respondió este artista que, en el paisaje, sigue siendo una de las mentes más brillantes cuyo ojo educado sigue impresionándonos. “Moustique es parte de mi ADN ya que Franquin alude a él todo el tiempo”, continuó por teléfono. Las aventuras de Spirou y Fantasio están llenas de referencias al Mosquito”. Franquin y Hergé, figuras tutelares colocadas sobre el hombro de Schuiten cuando dibuja, quien sin embargo llevó el cómic más allá del cómic. Lo vuelve a demostrar con esta potente imagen que hemos elegido publicar en portada y que entra inmediatamente en la historia de nuestra revista. Una imagen que denota un notable sentido de la composición, al mismo tiempo que una imaginación poética como ninguna otra.
Este dibujo de François Schuiten es la portada del número especial con motivo del centenario de Moustique.
“Estamos de acuerdo, esta es la portada”
“No, no puedo negarme”insiste Schuiten, levantando una punta del velo sobre el niño a quien su padre arquitecto le regaló desde muy joven una caja de acuarelas. “El título de la revista – Moustique – es algo que siempre me ha llamado la atención y forma parte de mi memoria cuando era niño”. Es este niño el que ha representado, mirando hacia los carteles luminosos de Moustique, Spirou y Tintin, de los que sólo vemos la mitad de un nombre tan famoso que no es necesario leerlo completo para comprenderlo. “Elegí este ambiente nocturno y esta idea de carteles luminosos porque, cuando era más joven, estos periódicos eran para mí como faros en la noche”comenta el diseñador, conmovido por su tema. Esto se debe a que en el siglo pasado, en pleno apogeo de los años 60 y 70, estos tres títulos de prensa formaban el triángulo de oro en el que se encontraba el ocio en Bélgica.
No se ha retocado nada del dibujo original, salvo la adición de rojo a la vestimenta del personaje y al logo, ideal para captar mejor la atención. “Tengo tu dirección de correo electrónico, te enviaré esto”concluyó antes de colgar. Una semana después de la primera llamada, el documento llegó a nuestro buzón… Frente al dibujo mostrado en la pantalla, la discusión fue sencilla, breve y definitiva. Todo se reduce a esta frase:“Estamos de acuerdo, es la portada”.