Creciste en la región de París. ¿Qué vínculos tienes con Bretaña?
Mi abuela es de Poullaouen (29). Cuando era pequeña pasaba mis vacaciones allí. Formó parte del círculo celta de Huelgoat (29) y ha conservado todos sus trajes tradicionales. También tengo una prima pequeña, Marie Léap, ex reina de las Brodeuses (2014) y miembro del círculo Ar Vro Vigoudenn en Pont-l’Abbé (29). Asistí a varias funciones y me impresionaron mucho los vestuarios, todos estos gestos de preparación.
¿Por qué concentraste tu trabajo en esto?
Me gusta esta relación con el cuerpo. El tiempo de vestirse es un tiempo suspendido, meticuloso, como un ceremonial, incluso un sacramento. También es un tiempo de espera obligado. Quería capturar estos momentos de gran concentración y esta gran diversidad de disfraces.
¿Cómo pudiste entrar en los círculos?
Me puse en contacto directamente con la confederación Kenleur, que se sintió inmediatamente atraída por el proyecto. Matthieu Lamour, su presidente, me llevó entre bastidores. Entre 2022 y 2024, cubri varios encuentros bretones importantes, como Saint-Loup en Guingamp (22), Tradi’Deiz en Vannes y el festival Interceltique en Lorient.
¿Cuál fue tu acercamiento a los bailarines?
Mantuve cierta distancia para no molestar y preservar la naturalidad de las escenas que estaba fotografiando. Elegí trabajar con poca luz, con claroscuros bastante pronunciados.
No hay leyenda sino textos de Jane Sautière. ¿Por qué este autor?
Me gustó mucho su libro “Dressing” (publicado en 2013), que habla de su relación con la ropa. Le di carta blanca. Sus textos, personales, sensitivos y sensoriales, hacen el vínculo con mis imágenes.
¿Qué es lo que más te sorprendió del contacto con los círculos?
¡No esperaba descubrir un hormiguero así! Los círculos se forman como una gran familia donde todos han logrado mantener su identidad. Descubrí a muchos jóvenes apasionados e implicados. A veces es muy intenso, he visto gente llorar.
¿Estos encuentros han cambiado su relación con Bretaña?
Sí, me hizo querer aprender a bailar. Desde entonces tomo clases en la Misión Bretona de París.
Eres logopeda de profesión. ¿Cómo aprendiste fotografía?
Mi padre era un aficionado a la fotografía de vida salvaje, lo seguía en sus salidas. Esta otra forma de lenguaje la aprendí junto a él.
Práctico
“Revetir” de Aurélie Scouarnec, 144 páginas, publicado por Rue du Bouquet. Precio: 45€. El autor firmará el 7 de diciembre, de 14 a 18 horas, en la librería Gwarlan, en Lannion (22), y el 14 de diciembre, a partir de las 15,30 horas, en la librería Livres in room, en Saint-Pol de León (29). Exposición del 11 de marzo al 14 de septiembre de 2025, en los Campos Libres, en Rennes.
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